Blogia
Un Gran Monte

QUE BIEN ME ENCUENTRO CON MI MALESTAR SILENCIOSO

QUE BIEN ME ENCUENTRO CON MI MALESTAR SILENCIOSO

JUEVES, 20 DE JULIO DE 2023

QUE BIEN ME ENCUENTRO CON MI MALESTAR SILENCIOSO

 QUE BIEN ME ENCUENTRO CON MI MALESTAR SILENCIOSO.

Quiroga a 20 de julio de 2023.

 


 

 

Que bien me encuentro sintiendo dentro de mí un malestar cansadamente relajante, que sería como un profundo y silencioso, abismo que está dentro de nosotros y no se ve, pero se nota, tal como, cuando no habiendo viento, hay sin embargo un grandísimo mar de fondo, donde por veces, parecen sumergirse y desaparecer, de nuestra vista otros barcos que navegan por tu zona y tan solo aparece a lo lejos un horizonte esperanzador, porque sabes que esos buques que han desaparecido detrás del montañoso oleaje, van a volver a estar en la cima de las olas. 

 

Más o menos, es así como hoy me siento. Bien por fuera, porque han desaparecido supuestamente mis males, porque, no hay dolores, dudas, ni remordimientos. Sin embargo, por dentro está vivo, mi mar de fondo, que se manifiesta, con una supuesta tregua de paz, donde ondean al viento los pitidos en mis oídos, como si anunciaran a mi conciencia, que la guerra no ha terminado. Y, aunque ahora nos ha tocado estar en la cima de la ola, disfrutando de la luz, del calor del Sol, y del sosiego y calma, de nuestros apetitos naturales, pronto, desapareceré bajo las olas, perdiendo de vista el lejano horizonte de mi sosiego, de mi paz interna y externa, y, mi placidez, para despertar de mi quietud y serenidad, y, observar el vacío profundo y oscuro que hay en mi alma llena de dudas irresistibles. Pero ahora, todavía no tocan esas incertidumbres y aunque no tenga ganas ni humor, para ello, disfruto de estos momentos vacíos de temor, y tiernos en mi poca fe, para que las naturales y retorcidas recaídas de mi cuerpo y conciencia, vuelvan a perseguirme, más rápidamente que mis olvidos.

 

Y, aquí estoy, mirando plácidamente a mí conciencia adormilada, y, sintiendo como cantan los pajarillos y resuena al fondo el motor de la nevera, para enfriar, lo que a mí me gusta fresco. Pues en verano, nos apetece la frescura y en el invierno, la calentura del Sol, o, de una buena o vieja, cocina de leña, etc. Pero, según recuerdo todos los años me pasa lo mismo, que, en verano nos apetece el fresco, en otoño nos apetece abrigarnos mientras miramos como los árboles se desnudan, y, en invierno, nos apetece acordarnos del verano, y, en la primavera hay días que nos apetece ser emergente capullo, o colorida flor, y, días ser lluvia.

 

A veces nos apetecen los días secos y soleados, sin embargo otras veces gozamos con la relajante y apaciguante lluvia, que calma y amortigua, nuestros pesares. Y, nos hace recordar otros tiempos, otras épocas de nuestra vida, y, al ver caer la mojada lluvia, sentimos el confort de estar secos y con los pies calientes, y, cuando nuestra mirada se funde a través de la lluvia, nos viene a la memoria, que a nadie en este mundo, debiera dañar, mojar y enfriar, a todos los que no tienen ni hallan cobijo, tanto para sus cuerpos como para sus almas. Por lo que de mi silenciosa boca sale una petición de ayuda y auxilio, para quien lo pudiese necesitar. Y, pido a Dios, que ayude a todos los necesitados, en todas sus necesidades y carencias. Y, con todo pesar y ternura, pienso que unas veces le ocurren estas cosas a unos, todo tipo de cosas inconvenientes y perjudiciales maldades y enfermedades, no solo para sus cuerpos, sino también sus almas, y, otras veces nos toca o tocará a otros, vivir todas estas experiencias y circunstancias. Es por ello que debemos siempre desear el bien, la paz, el amor, la salud y la felicidad ajena, para que nosotros también egoístamente, podamos sentirnos felices. Y, en esto consiste el famoso reino de Dios, que las Sagradas Escrituras, nos promete que vendrá al final de estos tiempos caóticos y tan perjudiciales, tanto para nuestros cuerpos como para nuestras almas. Pues este reino de Dios, tan prometido, será de paz, igualdad, de amor común, de amor universal de supervivencia de la vida, y, que todo esto nos conducirá irremediablemente, a un tiempo casi eterno de felicidad. Y, para que esta felicidad se manifieste y deje de ser una utopía, no podrá existir en este mundo, ningún ser humano, privado de ninguna necesidad básica natural, ni espiritual.

Maestro Andar.

NOTA: Os digo estas cosas, porque así será el mundo venidero tan prometido por Dios. Y, tan claro como el cielo azul y la noche estrellada, que, este reino de Dios, no será posible para nuestro mundo, mientras todos los seres humanos, NO vivamos en paz, en amor, igualdad y felicidad. Porque como ya os tengo dicho, toda la humanidad está conectada mentalmente y espiritualmente, y, por lo tanto, no habrá verdadera felicidad en todos los corazones, mientras uno de estos esté sufriendo y padeciendo.

0 comentarios