LA MUERTE
Quiroga a 13 de noviembre de 2023.
A veces nos encontramos confortablemente estando mal, y será para que dejemos que, el bien que está adormecido en nuestro ser, busque remedios, para nuestras deficiencias naturales, como intuyendo que todos nuestros males están en manos de Dios y en Él ponemos nuestra confianza y nuestra esperanza, y, muchas otras veces nos encontramos mal, estando mal y, buscamos remedios por todos nuestros medios, porque, nuestros miedos, se han apoderado de nuestra voluntad, de nuestra racionalidad y de todo nuestro ser, y busquemos donde jamás debiéramos buscar, ante nuestra evidente falta de fe. Y, nos echamos en remedios de médicos, brujas, hechiceros, como si estos tuviesen más capacidad, que poner nuestra confianza en Dios. Tal vez será, para que busquemos remedios para nuestros males, sin ser conscientes de que, solo el bien, puede suceder al mal. Pero tal es nuestra falta de fe en Dios, que la mayoría de las veces, recurrimos a todo, menos a ÉL. O, recurrimos a nuestro Creador, con falta de respeto, de cariño y sobre todo, con falta de humildad.
Tengo que decir, que debido a mi falta de fe, he recurrido a intensos ayunos, para salvar mi vida. Pero a estos ayunos les faltaba un poco de fe verdadera, para que pudiesen ser ayunos completos de abstenerse de alimentos físicos, y, pera seguir alimentando mí estómago del alma llena de maldad, y alimentarla cada día, con un poco de verdadera fe, y de verdadera conducta de cambio profundo de todo mi ser. Si lo hubiese hecho así, tan claro como el cielo azul y la noche estrellada, que, mis ayunos no solo me curarían temporalmente mis dolencias físicas de mi cuerpo, sino, que, también sanearían mi alma pecadora, ¿Porque de qué sirve curar las enfermedades del cuerpo, cuando persisten nuestras enfermedades del alma, que son y donde permanecen ocultas las causas de todos nuestros males físicos?
Dicen que a la muerte de nuestro cuerpo físico acontecen unos pasos que se dan y el último de estos pasos, es la aceptación de la muerte. Y, pensando en esto, yo, ya he aceptado todos los pasos, menos el último, porque todavía a pesar de mi poca fe, me queda la esperanza, de sobrevivir. Y, tengo la esperanza que Jesucristo nos hizo, nos prometió, de que a los suyos, en el momento del fin de esta época humana, nos llamaría a su lado. Y, sé que Jesucristo cumplirá su promesa. Y, es por esto que siempre trataré de resistir hasta el fin, sin rendirme ante el último paso que hay que dar, para aceptar la muerte.
Maestro Andar.
Nota: La muerte del cuerpo humano.
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