Perdónanos señor por ser unos débiles borregos.
Quiroga a 25 de septiembre de 2023.
Miro y miro, las montañas que con sus altibajos y contornos, y sus correspondientes valles. Hoy no me llenan de alegría, sino que están llenas de mis sentimientos y emociones, tristemente profundas, y desolados. Porque nuestros paisajes vistos con nuestros ojos se visten del color, de los sentimientos y emociones, que en esos instantes reflejan nuestros estados mentales y psicológicos, con los cuales como si fuesen nuestras vestiduras, los revestimos y coloreamos, según nuestro estado de ánimo.
Qué fácil nos resulta admirar lo admirable, cuando nos sentimos bien y cordiales, y, cuan fácil es colorear de tristeza todos nuestros paisajes, cuando nuestro ánimo decae y está ensombrecido, por dudas y temores. Y, qué fácil es ser fuerte cuando uno se encuentra bien, y, qué difícil es afrontar nuestras realidades llenas de sombrías dudas y necesidades, y, bajo nuestros sutiles y groseros pretextos, sentimos la necesidad de culpar a alguien o a todo lo que nos rodea, de nuestros errores o decisiones, que nos hacen tropezar con nuestras arraigadas razones. ¡OH, Dios mío, que tan bajo he caído, que no alcanzas a verme bajos tus pies, para no aplastarme, o para no posar tu grandioso pie, encima de esta insignificante hormiga, que se cree inteligente y racional! ¡Señor de los mundos! ¿Acaso no alcanza tu vista hasta lo que tu huella deja aplastado, tras tu paso inmenso y justo? ¿Tal vez nos dejes perecer ante tu prensado equilibrio divino? ¡Quizás nuestro Señor de los mundos, te resultemos tan insignificantes, como para bajar tu vista y compadecernos! ¡Señor si este es tu deseo aplástanos como hormigas, pero no olvides que nos has creado a tu Imagen Y Semejanza!
Maestro Andar.
0 comentarios