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Un Gran Monte

EL REFLEJO DEL ESPEJO

MIÉRCOLES, 14 DE JUNIO DE 2023

EL REFLEJO DEL ESPEJO

 EL REFLEJO DEL ESPEJO.

QUIROGA A 06 DE junio de 2023.

 


 

Cuando me miro al espejo, que quedo observando mi rostro, mi mirada, y el reflejo de todo lo que pasa por mi mente, es que estoy mirando la Imagen de Dios. Porque recuerdo que Éste, según las Sagradas Escrituras, nos creó a su Imagen y Semejanza. Más, al profundizar en el fondo de mi alma, mis verdaderos sentimientos, vuelven a mi mirada en el espejo y me meto en la profundidad de mis ojos, para saber que estoy mirando la Imagen de Dios, pero, también veo con tristeza, a un hombre fracasado en intentar algunas veces, parecerme a la Semejanza de Dios. No es una tristeza común, sino, que es una tristeza profunda, como salida de los más profundos infiernos que componen todo mi ser. Y, esta tristeza me hace pensar, reflexionar, y recapacitar en pocos segundos, que lejos me encuentro de la Semejanza de Dios. Y, cuantos fracasos acumulo en mi vida, por intentar al menos, y algunos días, cumplir con alguno de los Mandamientos de la Ley de Dios. Cuán difícil, resulta cumplir con sus Mandamientos hoy en día. Todas nuestras realidades cotidianas, nos inclinan a seguir las modas y comportamientos sociales, con que nos bombardean, con toda clase de medios de comunicaciones, costumbres y estilos de vida populares, que por hacerse tan cotidianos y familiares, nos envuelven hipnóticamente, y nos hacen por reflejo, actuar automáticamente. Y, como buenos autómatas, blasfemamos, pecamos de muy variadas maneras, y, por supuesto, por reflejo cotidiano, familiar y popular, tratamos todos los días no solo ignorar y sacarle importancia a los Mandamientos de Dios, sino que, incumplirlos resulta ya los más adecuado, lo más divertido y hasta lo más apropiado, para parecer una persona, culta y razonable. ¿De verdad, que realmente, nos creemos cultos, razonables, prudentes, y decentes? ¡Pues sí! Porque, si no, estaríamos dando la nota y saliéndonos del actual y moderno, sentido común. Y, claro, nadie con este actual sentido común, procurará enfadar e incomodar, a todos aquellos que nos rodean y forman nuestros círculos sociales que nos envuelven, ni familiares, ni profesionales, ni de amistad, y, demás conocidos y por conocer. ¿Quién tiene valor para hacer esto? ¿Qué ganaríamos con esto? ¿Quién tiene ganas de meterse en problemas, y complicarse la vida, y complicar todas las relaciones sociales a las que de una u otra manera pertenecemos y formamos parte? Lo más fácil y normal y apropiado a todas estas circunstancias, es no salirse de las carreteras, porque, estamos rodeados de complicados precipicios morales y de conciencia, que no conviene tratar y traer a nuestras realidades. Y, ¿A qué precios morales y de conciencia, tendremos que devolver con intensos intereses, estos préstamos de falta de verdadera responsabilidad? ¿Acaso disfrutaremos plenamente de estas realidades con estos modernos préstamos concedidos con tanta importancia, soberbia, orgullo y vanidad?

 

Me recuerdo cuando era muy joven, lleno de ilusiones, sueños y supuestas virtudes que estaban de moda. Y, yo creí que era bueno. Y, yo me creía razonable. Y, yo creía que tenía un gran sentido común. Y, ahora mirándome a través de los años en la imagen de mi espejo, me pregunto, ¿Quién realmente soy? ¿Cómo realmente soy? ¿Soy el del profundo ayer? ¿Quizás soy el del profundo de antes? ¿Soy el de hoy? Y, mirándome profundamente siento que soy el resumen de todos mis yos, y, el resumen de todos mis tiempos. Y, como si de mil vidas se tratasen, todas se reflejan en la mirada de mis ojos en el espejo. Y, resumiendo el reflejo de todas mis vidas, siento un profundo fracaso, un profundo resumen de un alma vacía de sentimientos que valgan la pena valorar y que realmente me hayan servido para ser mejor persona, o para ser una persona verdaderamente autentica, cabal, seria, integra, justa y viva. Porque mirándome reflexivamente al espejo, me viene a mi mente, el pensamiento que toda una vida perdida y sin sentid.o.

 

Cuando llegue la noche y os encontréis cansados y a punto de irse a la cama, miraros al espejo. Y, por un momento mirad profundamente a vuestros ojos y preguntaros, ¿quién sois, quién fuisteis y quién en esos momentos os sentís? ¿El de antes, el del profundo ayer, el de hoy, o, cuál seréis mañana? ¿Y? ¿Quién valdrá la pena ser, mañana?

Andar.

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