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Un Gran Monte

CAMINANDO POR EL JARDÍN DEL EDÉN

SÁBADO, 20 DE MAYO DE 2023

CAMINANDO POR EL JARDÍN DEL EDÉN

 

CAMINANDO POR EL JARDÍN DEL EDÉN.

Quiroga a 20 de mayo de 2023.

 

 



 

Estoy caminando por el desierto vacío de mi alma.

Hoy desierto, y, ayer jardín del Edén. ¿Cómo he podido extraviarme de tal manera?

 

¿Cómo he podido dejar de flotar sutilmente con mi espíritu consciente, sobre el mar tempestivo de emociones, sentimientos y pensamientos, para errar por la eternidad de mi tormentosa soledad? ¿Quizás pensé que mi fuerte personalidad, podía fácilmente ser eternidad? ¿Tal vez, sentí que emocionalmente era invencible? ¿Quizás creía que mi fuerte personalidad era orgullosamente invencible? ¿Acaso el mundo que me rodeaba, me sabía a poco, para la grandeza de mí espíritu, mientras nadaba en el infinito mar interior de mi alma?

 

¡Que equivocado navegaba en el espacio inmenso de mi vanidad! ¿Cómo no iba a naufragar el barco de mi joven vida, si creyendo ver, estaba cegado por la intensa luz de los faros destelleando con la feroz tormenta de mis deseos? ¿Cómo no iba a ahogarme ante la multitud de sentimientos y pensamientos? ¡Tanta cruda vivencia y falta de experiencia, me embarrancó contra las frías costas de la realidad! ¡Allí me estrellé contra mí mismo! ¡Mi mundo se hundió en un confuso milagro inaudito de debilidad! ¿Pero entonces quien era yo? ¿Pero entonces como yo había dejado, de ser yo mismo? ¡Qué tonto e ignorante, me sentía, y ya mí ser para mí no vivía! ¡Quería olvidarme de mi mismo y quería ser cualquiera! ¡Sí! ¡A toda costa prefería ser cualquiera cargado de defectos y pocos prejuicios, a ser el que antes era, viviendo en un mundo imaginario angelical! ¡Porque entonces así me sentía, pero ahora, el pesado lastre del barco de mis deseos me arrastraba hasta las profundidades de un espíritu infinito! ¡Mí infinidad encalló en los bajos que eran invisibles para mis sutiles sentimientos! ¡Y, me hundí poco a poco, en las profundidades de mi ser terrenal! Y, descubrí que ya no quería ser un ser de espíritu elevado, sino, un cualquiera, que dejaba las puras y elevadas alturas, para, pisar humildemente sobre la tierra húmeda y embarrada. Y, fue entonces cuando me di cuenta, que Dios no solo habita en las sutiles, puras y felices, alturas. Sino que el Todopoderoso, también camina en el espíritu de toda criatura que ÉL, ha creado. Me di cuenta que Dios camina en cada paso que damos y que no deja el trabajo más difícil para los demás. Y, cuando nosotros decidimos cargar con nuestra cruz, antes ÉL, ya la tomó, y, nos dio ejemplo de sacrificio y humildad, para con nuestros prójimos, y, que en realidad nuestros verdaderos enemigos, no son los que creemos seres humanos malos, sino que, nuestros verdaderos enemigos, son nuestras debilidades, son nuestros errores y tropiezos, en el largo camino en la salada mar infinita de nuestra alma, en este terrible océano, azotado por interminables temporales, que nos arrojan sobre las desiertas playas, cubiertas de inmensas dunas de arena, plagadas de carnívoros y voraces cangrejos, que ansiosos de apetitos incontrolados, esperan para devorar nuestras pocas fuerzas que nos quedan varadas, sobre las algas esparcidas de las playas de nuestros inconscientes pecados. ¡Ay, de mí! ¡Ay, de lo queda de mí! ¡Quién era y, ¿Ahora que soy? ¡Me he quedado varado en esta desierta playa, sin rumbo, sin orientación posible, y, sin nada que realmente me identifique! ¡Estoy perdido y sin entidad, que me represente! ¡Ahora soy malo, y ahora soy bueno! ¡Ahora intento ser bueno haciendo lo malo! ¡Y, ahora soy malo e intento hacer el bien! ¿De verdad, que sé quién realmente soy? ¡La realidad es que ahora, lo comprendo muy bien, y es que, soy bueno y malo! ¡Y, la terrible verdad, es que ahora comprendo lo que realmente significa, ser conocedor del bien y del mal!

Maestro Andar.

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