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Un Gran Monte

EL CIELO AZUL Y EL CHOCHÍN

El cielo azul y el chochín

A 01 de abril de 2020.

Hola hijos míos (descendientes de Adán). La verdad es que hoy no sé ya que tema tocar. Supongo que del coronavirus está ya todo dicho a estas alturas, con el continuo bombardeo en los medios de comunicaciones, y sus alegrías, fiestas y demás acontecimientos, que desde las casas y balcones, como dada ya, por ganada, la guerra sicológica sobre un virus. Pero sin embargo, como os vengo diciendo en varios de mis anteriores trabajos, lo más importante de una guerra, no es ganar o perder batallas, sino que lo más importante es como acaba la guerra. Y, la guerra acaba de empezar, y os aseguro que lo más duro, lo más cruel, lo más brutal, lo más sanguinario, lo más atroz y lo más inhumano, es lo que viene a continuación de la batalla perdida con el coronavirus. ¡Porque aunque contra el coronavirus, fuese una sola muerte y un solo fallecido, ya es una batalla perdida! Y, acordaros bien de lo que ocurrió hace miles de años con el Profeta Moisés (Escrito está en la Biblia) y como empezaron las catástrofes, plagas, desastres y calamidades, etc., hasta que el faraón, tuvo que darse por vencido. Y dejar en libertad al pueblo elegido de Dios. Y os aseguro que, tan claro como el cielo azul y la noche estrellada, que este (el faraón), no se dio por vencido por Moisés y el pueblo judío, sino por el poder y la gloria de Dios, que envolvía a Moisés. Pues así mismo ocurrirá en estos tiempos en que serán liberados los descendientes de Adán. Y  por no daros por vencidos y derrotados,  humildemente ante el poder y la gloria de Dios, que de todo corazón os perdonaría. ¡Pero que no lo hará! Porque vosotros NO creéis en Dios, NI en su poder y gloria, y por eso su justicia caerá sobre vosotros como en los tiempos antiguos. Y para ello os traigo las calamidades y desastres, para este tiempo, donde perderéis la guerra, porque, lo que os traigo en nombre de Dios, no serán los mismas sucesos de entonces, pero serán lo mismo de efectivos, hasta que os caigáis primero de espaldas. Para luego rendiros y caigáis de rodillas, los que quedéis todavía en pie, ante el profeta  de Dios. Porque vuestras batallas y guerras, y vuestras alegrías, gozos, fiestas, cantos, etc., no es porque estéis en guerra contra el coronavirus. No es esto, ni por esto. ¡Porque no sois tan estúpidos! Y porque no sois tan ignorantes como nos hacéis creer.  Sino que vuestros alborozos, alegrías y cantos, es porque estáis en guerra conmigo y con Dios. Esto es en realidad, lo que estáis manifestando y experimentando, consciente o inconscientemente, porque sé lo que sentís, y lo que en el fondo de vuestros corazones pensáis y queréis. Y Dios que también lo sabe, con gran pesar suyo y mío, acepta vuestro descarado, insultante, agraviante e injurioso reto. Mas en vuestra ignorante irracionalidad, la guerra ya la tenéis perdida, por muchas batallas que creáis ganar. Como que ya habías ganado la batalla de la crisis anterior. Etc. ¡Pero será como os digo, porque así Dios lo manifiesta a través de su profeta!

 

Os decía al empezar este trabajo, que no sabía de qué tema hablaros, pero me inspiró el mirar por mi ventanal hacia el cielo cubierto de pequeñas nubes que se desgarraban dejando entrever un claro cielo azul. Pero, lo que más me llamó la atención y más me alegró aquel instante de la mañana, fue el regocijo que mostraba con su estridente canto vigoroso, un pequeño chochín. Que sin inhibición de ningún tipo, cantaba alborozado anunciando unas horas de Sol y aumento de las temperaturas, que hacían hormiguear las hormonas que corren por su sangre anunciando una primavera azul y cálida. O al menos unos días o unas horas, de primaveral alegría y festejo. Porque al ser un ser irracional, solo se mueve por el momento, por el ahora, porque no piensa en el después. No siente el después y celebra el ahora, con el presentimiento tan solo de minutos y de horas. Pero los seres humanos, tenemos el poder de imaginar, y de pensar en el después, y del después. Y de las consecuencias del ahora, para con los síntomas, señales, e indicios actuales, poder prevenir lo que puede ocurrir mañana, y en el mañana. Y lo podemos a hacer porque disponemos del poder de reflexionar en base a estos  síntomas, indicios e indicaciones, cual puede ser el futuro y las consecuencias de nuestros actos y comportamientos, posteriores y futuros. Y disponemos de estos varios poderes, porque existen en nuestra naturaleza racional. Naturaleza, que heredamos de la Semejanza con que Dios nos creó. Esta es la gran diferencia entre un ser racional y un ser irracional. Pero este poder racional no lo sabemos apreciar en nuestros poderosos, en nuestros mandamases, en nuestros políticos, en nuestros religiosos, en nuestros compañeros de camino, como son los ángeles caídos, etc. ¿Y por qué? Porque carecen del poder de la racionalidad que tienen los descendientes de Adán. Y por eso relacionan de una forma natural, como lo hace el chochín, que canta muy alegre y feliz, por una hora de cielo azul y de destellante Sol alumbrador de esperanzas, como si no hubiese un mañana, y una batalla más que ganar para seguir vivo. Y así, es como os comportáis los ángeles caídos, que festejáis la victoria cuando nuestros muertos están todavía calientes y sin enterrar. Y además de los que están muriéndose todos los días en esta grandiosa para vosotros victoria, aun antes, de ganarse esta pequeña batalla, de una guerra que no acaba más que empezar. Y, en vez de alzar vuestros ojos al cielo y clamar perdón y clemencia, por el porvenir que nos espera. Os comportáis como el pequeñísimo chochín, que canta alegre, disfrutando del momento, descuidando su guardia, y desviando su atención del entorno que le rodea. Puesto que la ilusión y las alegrías, que en esos momentos, están en sus armoniosos y estridentes cantos, mientras sus instintos de supervivencia se adormecen por el embriagador y embrujador, placer, que siente al oír resonar su maravilloso canto territorial, lleno de burbujeantes hormonas de felicidad, que nublan sus ojos y adormecen sus oídos. Mientras  puede que, entre o al pie de los matorrales, un gato, o una serpiente, o gavilán, con semblante rigorosamente serio, y nada feliz, observan con todos sus sentidos, concentrados en una posible, feliz y fácil, distraída comida. Y, todo esto porque el chochín, ya se sentía ganador de aquella batalla que representaba ya todo un día entero .Y ya sin pensarlo un momento, lo celebraba con todas sus fuerzas y alegrías. ¿Pero como terminaría aquel día? ¿Seguiría igual de azul, y aquel radiante Sol seguiría brillando en sus plumas? ¿Y cómo sería aquel mañana?

 

Pues yo os digo, no os comportéis como el chochín que es un ser irracional, y no cantéis victoria antes de que acabe la primera batalla, la primera embestida de una guerra que no acaba más que empezar.  Y empezad a llorar por vuestros muertos y enterrarlos. Y no os mostréis orgullos, soberbios y arrogantes, ante lo que el profeta de Dios os anuncia para estos tiempos, porque, vosotros disponéis de racionalidad y de una conciencia para pensar en el ahora y también en el mañana. Sin embargo en vuestro comportamiento irracional, ni siquiera estáis siendo y comportándoos como verdaderos compañeros de los familiares de todos los caídos en la batalla de estos días, sino que, en vuestras jactancias, engreimientos y vanidades, os mostráis felices y contentos. Y no por vencer en ninguna batalla, sino, por burlaros de Dios y de lo que os viene diciendo nuestro Creador a través de su profeta. Lo hacéis por esto, por reíros de Dios y su profeta. Porque como no es de suponer, no os estáis burlando y riéndoos, de un virus. Eso es muy evidente. Esto está muy claro para Dios, que os tomará en cuenta todos vuestras alegrías y alteradas hormonas femeninas, que ante las desgracias, calamidades y muertes próximas o ajenas, entráis en celo, como cuando a las leonas le son asesinados sus cachorros por los recientes machos dominantes de la manada, que pronto entran en celo, para volver a procrear. Así les ocurre a los irracionales ángeles caídos y afines, que entran en celo hormonal no solo cuando pierden el enamoramiento por sus esposos, compañeros o amigos. Sino que también, ante las fatales y recientes, desgracias humanas. Y esto no lo hacen por capricho o por vicio, si no que es, porque está en su naturaleza y no lo pueden evitar. Porque en verdad os digo que, si existiese un aparato tecnológico avanzado, o un análisis de sangre, orina, etc., que sirviese y fuese efectivo y verídico, a tal finalidad, observaríamos como nuestras hembras humanas, entran en una alteración hormonal y sensorial, que les produce un celo ante la muerte de sus seres queridos o ajenos. Y corren por todas sus venas, por toda su sangre, unas hormonas, que les provocan un estado de excitación sexual reproductivo. Y, estos indicios y señales, no pasan tampoco desapercibidas en nosotros los hombres, que las notamos y sentimos, por el brutal reflejo que choca contra nuestras emociones también irracionales. Y, si esto que os digo, y os parece mentira, ficción, invención, o aberración, os aconsejo que tratéis de estudiarlo y experimentarlo, cuando os encontréis ante estas situaciones, que lejos que parecernos cosas extraordinarias, son muy naturales y propias, de nuestros cuerpos físicos y sensoriales.

Cristo Maestro Andar.

Por favor, mandar a todo medio de comunicación, colaboradores, políticos, religiosos, ONGs., etc. Porque Jesucristo ha regresado a la Tierra. Traducir a otros idiomas. Muchas gracias

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