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Un Gran Monte

EL AHORA Y EL DESPUES

EL AHORA Y EL DESPUES

A 31 de marzo de 2020.

El ahora, es sentir y pensar en todo lo que momentáneamente está sucediendo y aconteciendo, en nosotros mismos y en todo lo que nos rodea. Pero cuando en el ahora yo pienso en mi, veo un ser extraño, me veo reflejado en el ordenador con el cual estoy escribiendo y veo cualquier cosa menos, menos a mí. Porque no me reconozco en esa mí figura, que me parece injustamente grosera. En esa figura y rostro con el cual no me identifico, y del cual no quiero hacerme cargo. Y, tan claro como el cielo azul y la noche estrellada, que, ese no soy yo. Que ese reflejo amorfo y medio perplejo, que cuando lo veo atentamente, me es imposible reconocerme. Por lo que siento que ese ser que tengo ante mí, a mí no se me parece en nada. Si no, que es como un traje que me he vestido de pies a cabeza, que no termina de encajarme y sentarme bien, para quien en realidad me siento yo. Porque en realidad yo no me siento ni pienso, como ese ser que me parece una máscara de carnaval, con que hoy me he vestido y por eso me veo como un ser irreal, como un fantoche y muy diferente del que en realidad, yo soy y me siento. La verdad, es que no me gusta ese reflejo del que se llamaría yo mismo. Pero lo cierto que eso no soy yo, si no un viejo traje que estoy cansado de vestirme cada día en que me despierto al abrir mis ojos y oídos. Y la verdad es que ya estoy cansado verme, y de verme con este mismo traje todos los días. Porque yo soy otra cosa, otro ser, muy diferente y cambiante, a ese reflejo grosero que me representa en este mundo dimensional. Porque yo soy otra cosa. Yo en realidad soy otro ser más ligero, más limpio y que no necesita lavarse todos los días, para sacarse el sudor y la morriña del día anterior, que me pesa y que en ese sudor y morriña, se encuentran todos los malos deseos y pasiones, de los cuales sentía mi verdadero ser. En este cuerpo y rostro, se acumulan lo más pesado, lo más triste, las penas, los abatimientos, y todas las malas sensaciones, los malos pensamientos, y las malas emociones y sentimientos, y los desafiantes deseos y pasiones, van a parar a este traje, que cargado con tanto bagaje, me hace sentir, que ese no soy yo. O más bien dicho de otra manera. Que, ese no soy el que quiero ser, sino que es y representa quien no quiero ser. Y con las duchas mañaneras trato vanamente de frotarme incansablemente con el champú y las esponjas, para sentirme limpio. Pero esa limpieza la siento tan solo a flor de piel. Porque en realidad no limpia, no lava a quien yo soy, a quien realmente soy. No me limpia las emociones tristes, apenadas, o alegres y tontamente sonrientes, del que realmente soy yo.

 

De verdad que cuando me pongo a pensar, en cualquier cosa o en mí mismo, me resulta extraordinariamente difícil, que sea ese reflejo de mi cuerpo, quien lo hace. De verdad que cuando me veo, me resulta asombroso, pensar que ese traje con el cual me he vestido hoy sea yo mismo. Y una y otra vez, me sorprendo y una y otra vez, me niego y reniego, de ese mismo que está enfrente de mí. Y esto no es de ahora, sino de siempre. Porque pienso que todo lo malo que hay en mi va a parar a ese cuerpo que me representa, porque no encuentro en él, más que molestias y escasos placeres. Porque pienso que, todo lo grosero y todo lo que no quiero ser, va a parar a este cuerpo, que no quiero que me represente en esta dimensión física de mi ser. Porque yo en realidad no soy así. Porque yo en realidad no me siento así. Porque yo en realidad muchas veces me dejo llevar por esas emociones, sentimientos, pensamientos, deseos, pasiones y que dan lugar a unos comportamientos, tan vulgares, que no me reconozco, pero que me invaden, y me arrastran por la vida cotidiana, y que me domina y somete, como si fuese un muñeco, movido constantemente en las crestas de un oleaje de un mar embravecido. ¡Y me digo una y otra vez, ese no soy yo! Porque ese es un mal reflejo de lo que yo quiero ser. Porque ese es un mal reflejo del que jamás pensaría ser. Porque ese es un involuntario condicionado del cual no quiero hacerme responsable. Porque ese es un espontáneo automático de mi cuerpo. Que soy un inconsciente del traje de todo mi cuerpo exterior y de mi cuerpo interior. ¡Y yo soy otra cosa más sutil, más elevada, tenue, más etérea, que no se siente para nada identificado con este traje arrugado, pesado, sucio y sin planchar, por muchas duchas que me dé. ¿Pero entonces quien soy en realidad? ¿Soy en realidad lo que siente mi cuerpo? ¿O soy en realidad lo que mi espíritu se siente enjaulado en un cuerpo? ¡Pienso que soy en realidad, un espíritu sutil aprisionado en un cuerpo que tiene unas necesidades, unos deseos muy diferentes, de los cuales yo también me siento responsable! Porque en realidad quien capitanea este cuerpo llenos de órganos con todas sus necesidades, soy yo. Y, soy yo quien mezcla mis emociones, sentimientos, pensamientos, deseos y comportamientos, sutiles, con los afines que necesariamente se siente emparejado mi cuerpo. Que batiéndose como en el bombo de una lavadora, se entremezclan dando como resultado la realidad de cada momento, de cada instante. De los cuales la mayoría se nos escapan automáticamente a nuestro control, pululando y haciéndonos proliferar perdidos en una marea instintiva, racional e irracional, con los tambaleantes pasos descarriados que abren camino al andar, borrachos de pasiones y deseos, desordenados e entremezclados, y intermezclados en nuestras diferentes dimensiones, que se dan la mano en una única realidad y que se dan de bruces, con la  situación del instante de cada ahora, donde se fusionan el ahora y se cuecen horneándose a fuego lento, el después. Para que cuando llegue el después sea el nuevo ahora, donde permanecemos con nuevos contextos que dan lugar y corresponden, con nuevas acciones, nuevos deseos y pasiones.

 

¿Pero entonces quien soy yo? ¡No cabe duda de que yo soy todo esto, me guste más lo de dentro o lo de fuera! ¡Me guste más lo sutil y etéreo, o lo más feo o grosero! Yo lo soy todo y soy quien conscientemente o inconscientemente, lo manejo todo. ¡Y soy quien me guste y soy quien me disguste! ¡Soy el de dentro y soy el de fuera! ¡Soy el responsable y soy el irresponsable! ¡Porque a donde va mi cuerpo va mi espíritu! ¡Y a donde va mi tan sutil y etereo espíritu va también mi cuerpo! Y entre los dos formamos una aparente realidad, que en verdad, no somos dos, si no, que somos todo lo que también llevamos dentro del cuerpo, mientras el cuerpo está en esta dimensión o vida. Y, somos más que dos también cuando nuestros cuerpos sutiles y etéreos, se ven libres de la prisión de nuestro cuerpo físico en el ahora. Porque en verdad os digo, que tan claro como el cielo azul y la noche estrellada, que, la física de hoy, está muy atrasada, como para no haber descubierto todavía la futura física de lo invisible, la futura física de nuestros cuerpos espirituales, sutiles y etéreos. Y, nuestra actual física del ahora, está tan atrasada, como para comprender que la física del después, comprende unos mundos dimensionales, que están más allá y más acá, de nuestros cuerpos físicos actuales. Y que nuestros cuerpos físicos sutiles y etéreos, viven también en otros mundos físicos y etéreos, que algún día descubriremos en el después. Y entonces a alguien les darán honores, medallas y grandes premios, como el nobel etc., al ser los primeros al llegar con aparatos sofisticados a sitios y mundos dimensionales, que siempre han estado aquí y ahí, al mismo tiempo. Por llegar comprender y a ver mundos dimensionales, etéreos, y sutiles, llenos de tantos seres y vida, que ya estaban ahí, ayer, hoy y mañana. Y, no creáis que los seres que encontrarán, serán extraterrestres, sino, que muchos de estos seres, fueron, son y serán, los mismos que antes fuimos, los que ahora somos y los que mañana seremos.

 

Bueno, si no comprendéis o entendéis estas cosas, que no os haga pensar que sois unos ignorantes, puesto que ni los más estudiados en todas las ramas del saber de nuestro actual tiempo, lo saben todavía. Y no lo saben porque no tienen todavía maquinas, aparatos, o artilugios, donde poder atisbar en las otras realidades de nuestro ser, ni en los otros mundos que nos conforman, formando lo que parece ser, nuestro único mundo y única realidad. Pero lo cierto que la realidad y el mundo que estamos a acostumbrados a conocer y a desarrollarnos y movernos por él, no es tal, sino tales. Pero esto es bueno, porque nos ayudan a evolucionar no solo en esta realidad o mundo, sino que nuestras experiencias y circunstancias, también sirven para evolucionar o involucionar también en otras realidades o mundos, y viceversa. Porque como bien dijo un sabio de la antigüedad resumiendo todo esto que os digo: “Asi como es arriba es abajo”. Yo le añadiría así como es en todos los mundos de arriba, también asi es, en todos los mundos de abajo. Porque arriba en los cielos existen muchos mundos todavía desconocidos por la ciencia. Pero por no haberlos descubierto todavía nuestros científicos, no quiere decir que no existan. Puesto que nuestros irracionales científicos, tienen que tocarlos con los dedos, o verlos con sus ojos, o escucharlos con sus oídos, etc. Sin darse cuenta que simplemente nuestros sentidos, tan solo son unas puertas y ventanas, de todos nuestros mundos interiores que nos conforman y que confluyen en lo que parece ser, una única realidad. La realidad que pueden observar y ser conscientes, con maquinas y otros artilugios, dentro de nuestro cuerpo físico del ahora, y, los que con otros métodos y maquinas, pueden observar y ser conscientes de todo lo que parece ser un único mundo exterior a nuestro cuerpo del ahora. Para el después quedan los conocimientos y descubrimientos, de todo lo demás.

 

Y como ya os tengo dicho, todo lo que afecta a uno de nuestros mundos, afecta directamente o indirectamente, a todos los demás otros mundos. Pues como si nuestras acciones, omisiones, pensamientos, deseos, pasiones, etc., y experiencias y circunstancias,  fuesen ecos y ondas interdimensionales que van recorriendo no solo nuestro ser, compuesto de varios mundos o dimensiones, sino que también, que, recorren todos nuestros mundos exteriores bañándolos con nuestras energías desprendidas y que navegan hacia lo infinito del ahora y del después.

Cristo Maestro Andar.

Por favor mandar a todo medio de comunicación, colaboradores, políticos, religiosos, ONGs., etc. Porque Jesucristo ha regresado a la Tierra. Traducir a otros idiomas. Muchas gracias

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