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Un Gran Monte

PARA LOS JUSTOS DE LA TIERRA

PARA LOS JUSTOS DE LA TIERRA.

Esta es la palabra de Dios, para todos los justos de la Tierra.

Esta es la palabra de Dios, para todos los honrados de la Tierra.

Esta es la palabra de Dios, para todos los mansos de la Tierra.

Esta es la palabra de Dios, para todos los humildes de la Tierra.

Esta es la palabra de Dios, para los descendientes de Adán y Eva.

 

Y la palabra de Dios la ha puesto en su profeta y mensajero, para estos tiempos. La ha puesto sobre mí. Porque sobre mí, Dios ha puesto su Espíritu.

Y mi tarea principal es haceros llegar la voluntad de Dios para estos tiempos.

Y no importa que no me creáis, como así lo hicisteis con los demás profetas y mensajeros, que Dios ha enviado a través de todos los tiempos. Porque ciegos, sordos y ofuscados, por las tareas y afanes de este mundo, o, ofuscados por las malas interpretaciones de la Voluntad Divina, os dedicabais a despreciar, odiar, perseguir, encarcelar, torturar o matar, a sus profetas y Mensajeros, tal como ahora hacéis conmigo. Pero esto pronto se va a acabar, porque ha llagado el tiempo del resumen. Ha llegado el tiempo de la verdad. Ha llegado el tiempo de sincerarse cada uno con su propio espíritu, donde todo permanece escrito desde el principio de los tiempos en vuestro ADN, EN VUESTRA genética, donde nada se borra, o pasa desapercibido a los ojos de Dios. Porque hay hombres que se creen justos y no lo son a los ojos de Dios. Porque hay hombres que se creen humildes, sinceros y son orgullosos y mentirosos, ladrones y asesinos, directamente o indirectamente, o acción u omisión. Y en su orgullosa y altiva hipocresía, se creen en posesión de la verdad y la justicia, y son todo lo contrario, porque se apropian de las creencias, de las religiones, de las sectas, de las políticas, de los sindicatos, ONGs., de los poderes terrenales, para guiar y hacer lo que más concierne y conviene, a sus intereses mundanos vulgares y lo más alejados de la Voluntad de Dios.

Porque todos creéis que tenéis fe, pero vuestra fe es idolatría.

Porque todos creéis que tenéis fe, pero vuestra fe es conveniencia mundana.

Porque todos creéis que tenéis fe, ¿pero cómo vais a tener fe si no sabéis lo que es la verdadera fe? ¡Sino que vuestra fe es idolatría hacia las cosas mundanas! ¿Pero como vais a saber lo que es la verdadera fe, si ni tan siquiera tenéis fe en vosotros mismos? ¿Pero como vais a saber lo que es la verdadera fe, si os dedicáis a orar a ídolos, animales, piedras, candelabros, muros, etc.? ¡Dios sabe que la gran mayoría lo hacéis por tradiciones, por costumbres profundamente arraigadas en vuestras almas, pero, también sabe, que esto no os absuelve, no os disculpa, porque todo esto va en contra de su VOLUNTAD! ¡Y si ignoráis la VOLUNTAD DE DIOS, es porque así lo preferís y escogéis, voluntariamente, porque, en este mundo, nuestra ignorancia de las leyes, no nos libran si las incumplimos, de sus consecuencias! ¡Pues así mismo si ignoramos las leyes del tráfico de la circulación con nuestros automóviles, esto, no nos libra de las correspondientes sanciones y multas! ¡Así que no os hagáis por más tiempo los ignorantes, los sordos, los ciegos, etc. ante las Leyes de Dios, porque infringirlas, seáis de las religiones o creencias, que seáis, traen consigo sus consecuencias y multas espirituales!

Estáis a tiempo de abrir vuestros ojos, oídos, y conciencias, y reconocer que yo os digo la verdad, porque el Espíritu de Dios está en mí. Porque Dios me ha escogido a mí para traeros su verdad, su justicia, su paz y su amor, y para despertaros de vuestros sueños de siglos de tradiciones, religiones, y creencias erróneas y mundanas, que no hacen más que empeorar nuestro mundo y sumergirlo cada vez más en la confusión y en las tinieblas de nuestras razones.

Y Dios manda su palabra en esta época al mundo, para que todos tengan la oportunidad de arrepentirse y abrir y despertar, sus conciencias, y salvarse de su Justicia para este tiempo, tal como está anunciada en las Sagradas Escrituras, y, para ello, debéis dar a conocer mi blog en toda la Tierra, y traducir mis trabajos inspirados por Dios a todos los idiomas, para que todos puedan decidir por sí mismos, y, escoger voluntariamente su destino, y, para que todos tengan y dispongan de las mismas oportunidades, para salvarse de las grandes catástrofes anunciadas para este tiempo, para este fin de ciclo, y puedan sobrevivir al nuevo nacimiento espiritual. Y, para que no digan yo no lo sabía. Y para que no digan yo lo ignoraba.

Dios no quiere nuestra muerte.

Dios no quiere que suframos.

Dios prefiere que seamos felices y vivamos en paz.

Por eso Dios nos promete que si hacemos su Voluntad nuestras vidas se convertirán en eternas, y mayormente felices eternamente.

Somos nosotros quienes escogemos minuto a minuto, la muerte.

Somos nosotros quienes escogemos minuto a minuto los sufrimientos, etc.

Porque la muerte, la injusticia, etc., y los sufrimientos, los escogemos voluntariamente y los creamos nosotros mismos, minuto a minuto. Todo esto no lo crean los virus, las bacterias, o los extraterrestres, sino, que nosotros somos los creadores de todas nuestras circunstancias y experiencias. Y sean estas, buenas o malas, nos toca a nosotros decidir y crear, y, Dios mediante sus Leyes, nos orienta y nos enseña, como evitar la verdadera muerte y crear la verdadera vida. Nos orienta y enseña, como llegar a ser felices. Y nos orienta como llegar a ser en poco tiempo inmortales y conseguir ser eternos en alegría, gozo y felicidad. A nosotros toca con nuestro libre albedrio escoger y crear en nosotros mismos y en nuestras sociedades, el bien o el mal, según la Voluntad de Dios. A nosotros nos toca con nuestro libre albedrio escoger entre la vida o la muerte.

Cristo Maestro Andar.

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