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Un Gran Monte

ECHAR DE MÁS ECHAR DE MENOS

ECHAR DE MÁS ECHAR DE MENOS

A 29 de marzo de 2020.

Ahora que llevamos encerrados quince días en nuestras casas, en nuestros apartamentos, pisos, etc., es hora de pensar, de reflexionar y de cuestionar, nuestras vidas, y nuestras aptitudes frente a la vida. Es hora de especular y cavilar, sobre nosotros mismos y nuestros comportamientos. De si son más o menos adecuados para convivir en armonía con nosotros mismos y con los demás seres humanos. Y para disfrutar más de la naturaleza y de la libertad, que se siente, al caminar por senderos y caminos, que echamos de más y echamos de menos. Por eso mismo que hay senderos y caminos, que echamos de más, por ser siempre los mismos los que nos conducen siempre a los mismos sitios durante años, y así también durante años de costumbres, hábitos, tradiciones, culturas, novedades, modas, nos resulta difícil de comprender que estamos practicando el mal durante siglos. Y que durante siglos hemos estado encerrados en nuestras casas, pisos, apartamentos, del alma y que la mayoría no tiene conciencia de que por hacerlo siempre, y que por hacerlo por costumbre, por cultura y tradiciones, hemos estado practicando el mal. Y, al contrario si viene alguien a decirles que están errados, que están haciendo mal en el mundo, que están haciendo el mal en sí mismos, pues se enfadan, se encolerizan y se ofenden de tal manera, que en sus fanatismos obcecados son capaces de maltratar, deshonrar, matar o asesinar, por todo aquello que los está matando a ellos. Por todo aquello que esta asesinando a su espíritu.

 

Sin embargo los que echan de menos los buenos caminos y senderos, poco transitados, cuando hayan salido de sus encierros caseros, se sentirán de pronto libres, y que el aire limpio y fresco, que lava suavemente sus caras y mece sus cabellos, se sentirán felices, sentirán como si fuese la primera vez la verdadera libertad. Pues así se sentirán todos aquellos que me esperan y que esperan les levante el reino de Dios en este mundo. Porque por fin sabrán lo que significa de verdad la palabra libertad. Porque no solo lo sabrán, sino que lo sentirán como si su alma abriese unas grandes y pesadas compuertas, donde estaban aprisionadas las verdaderas emociones, sentimientos, pensamientos, deseos y comportamientos, paridos de un parto muy diferente, donde naceremos de nuevo. Y, el nuevo aire espiritual purificará profundamente nuestros pulmones del alma, llenándonos de satisfacción, y de un tal bienestar, que jamás ya no, nos dejara y permanecerá en el tiempo de nuestras vidas, hasta que estas nos conduzcan a la eternidad. Y vosotros iréis de mi mano, y yo iré de vuestras manos. Y descubriremos el verdadero amor y la verdadera paz, que sentiremos porque desaparecerá el temor al hoy y al mañana.

 

Es hora de recapacitar, si nuestros comportamientos con nuestros seres queridos, familiares y amigos, ha sido el más adecuado y justo, a pesar de todas las experiencias positivas o negativas. Porque para bien o mal, siempre nos equivocamos a la hora de juzgarnos y juzgar a los demás. Y siempre o casi siempre, tenemos una GRAN TENDENCIA, a menospreciar nuestros defectos, cuando estos mismos defectos los observamos en los demás. Es decir que, cuando observamos o apreciamos, defectos en nuestros semejantes y cuanto más nos molestan, cuanto más los odiamos, cuanto más rencor nos producen, etc., más ciegos y sordos estamos, para comprender que esos defectos o comportamientos, son nuestros propios defectos, son nuestros propios vicios, son nuestras lacras, son nuestras propias inmoralidades, son nuestras propias faltas, son nuestros propios pecados, son nuestros propios comportamientos, etc. Y, que cuanto más nos molestan, insultan, fastidian y ofenden, más quiere decir esto, que esta es, la proporción y el tamaño, con que nosotros sentimos, y los estamos fabricando en nuestro interior o en nuestros comportamientos. Y esto nos ocurre inconscientemente. Y esto nos ocurre siempre y no somos conscientes de ello. Tal vez algunos seamos conscientes de estos defectos, etc., cuando más adelante cometiendo estos mismos errores que antes criticamos severamente de los demás, los cometemos nosotros mismos también. Pero pocas personas llegan a ser conscientes de estas cosas del alma, y cuando lo son, se niegan a reconocerlo. Y si en cualquier caso uno llega a tener conciencia de estos juicios injustos, sobre los demás y de los cuales nos disculpamos a nosotros mismos, casi nunca tenemos el valor de reconocerlo públicamente, y mucho menos, de disculparnos o pedir perdón, etc. Tal es así también nuestra naturaleza, que como dijo en su gran sabiduría y conocimiento de la naturaleza humana Jesucristo, al observar estas cosas, le reprochó a alguien que tuvieran estos defectos exagerados en sí mismos y de los cuales culpaban de los mismos a sus prójimos. Lucas 6 37-42 “¿Po qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?” Que viene a ser parecido a esto: amigo, ves los pequeños defectos, pecados, inmoralidades, etc.,  en el comportamiento ajeno, y no ves la abominación, aberración, rencor, el engaño, etc., que te impide ver en tu propia naturaleza. Por estas cosas tan evidentes y de las cuales cuando suceden, no solemos ser conscientes de ello, no debemos apresurarnos a juzgar o acusar, a nuestros semejantes, de aquellas faltas más o menos graves, y que con mayor amplitud y grandeza, son las que escondemos en nuestras almas, y, de las cuales no solemos o no somos conscientes de ello. Y esto mismo también me ocurre a mí y nos ocurre a todos. Más cuando me ocurre a mí, al enfriar y recapacitar, soy consciente de mis faltas, de mis errores y cuando me falta el valor de pedir perdón a mis semejantes, con gran dolor de conciencia, tal es el dolor, y la herida en mi alma, que me arrepiento de todo corazón y humildemente ruego y pido perdón a Dios. Y aunque sé que Dios me perdona al instante, yo no me perdono tan pronto. Y aquellos juicios, meteduras de pata, defectos, y acusaciones hacia mis semejantes, quedan muchos días, meses o años, mordiendo en mi espíritu consciente y torturándome necesariamente, para que no me vuelvan a suceder en adelante. Pero como somos humanos, volvemos a tropezar una y otra vez con nuestros defectos y pecados, de los cuales no resulta tan fácil deshacernos. Más lo más importante de todo esto, es TRATAR E INTENTAR, también todos los días de reconocerlo y luchar conscientemente, de impedir que nuestras debilidades, y cobardías del alma profunda, nos venzan, nos derroten día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto. Y os aseguro que la mejor medicina para esto, es el humilde arrepentimiento de nuestros malos pensamientos o de nuestras malas acciones o comportamientos. Y caer de rodillas pesadamente sobre nuestras elevadas inconsciencias, para reconocer que no somos buenos, ni siquiera regulares, en nuestras notas sobre los exámenes en nuestras hojas limpias y blancas de nuestras almas. Y que lejos de aprobar estos exámenes, si simplemente las observamos con decencia, con honestidad, con honradez, con un poco de nitidez, observaremos que en nuestros exámenes, hay poco de limpio y claro, y que todos son borrones oscuros, manchones negros, que nos impiden ver sobre nuestras hojas que ya no son blancas, ni encontramos espacios en blanco. Y que la luz, precisamente no pasa a través de ellas, sino que vivimos en una constante noche, donde nuestros ojos espirituales están cegados, por la vulgaridad de nuestras vidas tan comunes y, sin valor alguno que resaltar, salvo pequeñas excepciones, que orgullosamente nos hacemos destacar y poner en nuestras miradas, medallas ganadas de batallas perdidas, que nos negamos a reconocer. Y, esto nos demuestra, que somos más cobardes de lo que solemos creer, a pesar de nuestros engañosos, orgullos y altivez, con que nos enfrentamos a nuestros semejantes, como si fuésemos los campeones del rebaño y los campeones de la manada humana, a la cual pertenecemos. Sin embargo yo, a fuerza de enfrentarme con mis defectos, mis faltas, mis pecados, mi altivez y orgullo, de macho alfa, etc., y de perder y fracasar estrepitosamente contra el cielo a donde me elevaba, caí derribado por mis pecados morales, en el pozo más profundo de los infiernos de mi alma, donde anduve errante gran parte de mi vida, donde pedía perdón Dios. Donde pedía clemencia y ayuda a Dios. Pero ÉSTE, parecía no escucharme desde tal profundidad de mis enfermos elementos. Porque la voz de los muertos es muda, es sorda, desde lo más insondable de nuestras almas. Sin embargo, no hay nada imposible para Dios, que está unido a los descendientes de Adán, por su heredada Semejanza, por los que mis gritos ahogados por el lodo del alma profunda y oscura, llegaban a oídos del Señor de todos los mundos. Señor hasta de los mundos más tenebrosos y lúgubres, de nuestro ser, para tenderme su mano, y levantarme una y otra vez, que mi pie me volvía a hundir en esas arenas movedizas de nuestras dimensiones más profundas y que forman parte de nuestros seres universales. Porque los universos no existen solo fuera de nosotros y fuera de nuestro Planeta. Sino que también, están dentro de nosotros, en la inmensidad de nuestros cuerpos sutiles del espíritu infinito. Y que por eso un día os dije que existen velocidades muchas más grandes que la velocidad de la luz y que esta, comparándola, resultaría mucho menos que a cámara lenta. Y esto aunque no lo podáis comprender, llegará un día lejano en que nuestros científicos lo descubran. Pero, que lo descubran, porque ya existen y ya existían, antes que estos lo lleguen a descubrir, porque ya todo existe antes de que lo descubramos, y los meritos, las medallas, los grandes reconocimientos, no son de los humanos, no pertenecen a los humanos, sino, de AQUEL, que los creó, y que siempre han estado ahí, para que un día a alguien inspirado por la naturaleza de la semejanza con Dios, se le encienda la bombilla del conocimiento y vea y descubra, o invente, lo que ya está creado o iluminado por Dios. Esto mismo ocurre conmigo, pero a diferencia de vosotros, yo sí reconozco que todo me viene inspirado e iluminado, de Dios. Y si hay algo en que me equivoco, es por pretender mezclar mis escasos e ignorantes conocimientos humanos, con los de mi Creador.

 

Pero nosotros en nuestras arrogancias y soberbios orgullos, nos ponemos las medallas y reconocimientos, de los descubrimientos, de nuestras inventos y creaciones, humanas, sin desear y querer reconocer que todo procede ya de nuestro creador, que cuando ESTE nos creó, nos creó con su Semejanza y con su Semejanza quiere decir, que llevamos dentro de nosotros mismos, todo lo que Dios es y habremos de ser, de seguir su pasos. Pero habremos de ser en semejanza, tal como Él nos dijo en Génesis, más nunca llegaremos a ser comparables con Él, como es de suponer y como tenemos que humildemente reconocer. Porque el llevar su imagen y semejanza, no significa igualdad. Porque llevar su semejanza no significa paridad. Porque llevar su imagen y semejanza no significa identidad. Sino que significa lo que significa imagen y semejanza. E imagen y semeajnza, significan algo que es parecido, pero que no es igual. Porque imagen y semejanza significa por encima de todo y en este caso en particular significa APROXIMACIÓN. Que no es lo mismo que igualdad. Espero que os quede esto muy claro. Porque no existiendo nada en este y todos los mundos nada igual a igual, tampoco nunca existirá nada igual a Dios. Porque en verdad os digo que, tan claro como el cielo azul y la noche estrellada, que, no existe en la naturaleza, en toda la naturaleza y en toda naturaleza, que una cosa, una unidad, sea igual a otra cosa o a otra unidad. Y esto, hacia arriba hacia todos los mundos y esto hacia abajo, hacia todos los mundos. Sí, habéis leído bien, hacia arriba hacia todos los universos y mundos que estos contienen. Y sí, hacia abajo, hacia todos los mundos dentro de nosotros mismos. Porque todo lo que está arriba converge y confluye, con todo lo que está abajo. Algún día esto también lo descubriréis, como también lo descubrí yo a través de una experiencia mística, en la que le pedí a Dios, ciertos conocimientos que no os voy a revelar ahora, aunque ya lo he hecho anteriormente. Para ello debéis escudriñar entre mis trabajos y si estáis atentos, lo descubriréis, aunque más bien lo encontrareis. Pues encontrar un conocimiento, no es lo mismo que descubrir y experimentar ese conocimiento.

Cristo Maestro Andar.

Por favor os ruego que mandéis mis trabajos todo medio de comunicación, colaboradores, políticos, religiosos, etc. Porque los elegidos de Dios ya están en la Tierra. Traducir a otros idiomas, Muchas gracias.

NOTA: Si a pie de mis trabajos os pido que mandéis mis trabajos a etc., es para que los elegidos de Dios, sepan que yo estoy aquí. Y que el Mesías príncipe que habrá de venir de Oriente, ya está en este mundo. Y todos se merecen saberlo, para que rectifiquen en sus vidas y comportamientos, y desistan de sus actitudes tan modernas, mundanas y corruptas. Porque para el arrepentimiento nunca es tarde, para aquellos que se lo merecen. Y Dios tanto acoge en su perdón a aquellos que siempre han tratado de seguir sus pasos, como, a aquellos que en el último de los días que nos esperan, caen de rodillas y se arrepienten humildemente de todo corazón de su errores, faltas y pecados. Pues así es Dios, el más justo, de entre todos los justos. Pero esto mismo no tiene validez, para los mentirosos, embusteros, explotadores de sus semejantes, ladrones legales o ilegales, asesinos legales o ilegales, fingidores e hipócritas, que vieran que la muerte los acecha, y por turbación, miedo, terror y pánico, simulen pesadumbre, desasosiego, remordimiento, arrepentimiento, etc., porque a Dios no se le puede engañar. Y a estos que esperan que lleguen estos días de duras pruebas que nos aguardan, para salvarse, no se salvarán. Porque dentro de sí mismos, no existe nada bueno que se pueda aprovechar y que sirva para levantar los cimientos del nuevo mundo que os traigo. El reino de Dios que os traigo y que pronto cubrirá toda la tierra, como si de un manto de alegría, paz, placer y gozo, nos cubriese de repente, para no volver a sentirnos nunca más desamparados, ni al descubierto de toda fría maldad y corrupción.

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