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Un Gran Monte

---JEHOVA DE LOS EJERCITOS---

---JEHOVA DE LOS EJERCITOS---

Jehová de los ejércitos.

A 10 de marzo de 2012.

Hola hijos míos.

 

Viendo una vez un reportaje de naturaleza, observé como un león atacó a un rumiante más grande y pesado que él, y, que el herbívoro abandonando su corta huida, había dado la vuelta, y con valentía y fuerza, cargó contra su feroz y hambriento atacante, que reclamaba con descarada arrogancia, lo que creía que le pertenecía, pues, el león no pensaba, no reflexionaba, no recapacitaba, no meditaba, sino, que, simplemente su estomago le decía que, aquella bestia existía para satisfacer su apetito de carne, de sangre y de vida. Sin embargo, ante la valiente arremetida de su comida, el león convirtió todo su orgullo y arrogancia, en cobardía y, se dio mucha prisa por escabullirse de aquel gran chuletón sin patatas que le perseguía, y se resistía, a ser masticado sin más. Pero, cuando el herbívoro, pero, cuando aquel hermoso plato furioso y con patas, adornado con lindas guirnaldas de cuernos sobre su cabeza, vio, que el león que huía se paró, se llenó de perezoso orgullo diciéndose, soy el más fuerte, ahora, yo soy el rey de la selva, y mientras se sentía victorioso y la alegría sobrepasaba sus ganas de conservar su vida, y ponerla a salvo, ahora, que había vencido el reto, y, viendo que el león se paró a cierta distancia, debió pensar o sentir que su orgullo le decía, mira, ahí está ese león humillado y despojado de todas sus virtudes amenazadoras, ahora, da pena ver su cobardía y su falta de valor, para demostrar quién es y quien siempre ha sido. Él, que es quien realmente posee las armas más letales, las armas más mortales. Él, que es el que posee la inteligencia, el poder y la gloria entre los animales, vedlo ahí, doblegado ante la furia del peso y los cuernos de una bestia torpe e ignorante como yo, pues ahora, le demostraré que soy más valiente que él, y lo perseguiré hasta que me venga en gana, lo seguiré humillando, hasta que todo el mundo sepa, quien ahora manda en estas praderas. Y pensando o sintiendo así, aquella bestia arremetió de nuevo contra el león, pero esta vez el felino no huyó, sino que se tumbo en el suelo patas arriba, como haciéndose el muerto y vencido, y el rumiante relajando su trote asombrado o entontecido, no sabiendo si el león estaba ya muerto o medio vivo, se acerco ya dudoso, con cautela, pero con más curiosidad que agresividad, como queriendo embestir, pero más bien, investigar si estaba vivo o muerto, o simplemente que el león, se había vuelto un amigo juguetón con el que pasar un buen rato, de tal modo que en vez de arremeter con violencia, lo hizo como un juego de orgullosa vanidad, y, esa confianza alegre de satisfacción ante su poderosa vitoria no le hizo comprender, que su orgullo y vanidad eran ilusorios, y que le habían engañado. No, no le había engañado el león, sino, que la bestia se había dejado engañar por aquellos sentimientos de grandeza que le hacían creer, que él, era más poderoso que el león, dotado de un arma mortal en cada uña de sus patas, y dotado de un arma mortal en cada diente, y dotado de un arma mortal en su mandíbula y dotado de una fuerza y agilidad mortal difícil de comprender, por los aires ignorantes de grandeza que muchas veces rodean a los seres vivos. Por lo que, cuando la bestia en vez de embestir con toda su fuerza y furia, lo hizo con juguetona lastima y placentera piedad, el león cuando la cabeza con cuernos de su chuletón se acercaba juguetona y semiconfiada de su poder, y se acerco a su cuerpo para complacerse de su vitoria, se ladeó rápidamente un poco, pero sin levantarse del suelo, y como acompañando en aquel feliz baile de salón a su pareja, acerco su potente hocico al cuello de su amada comida y besó con fuerza su garganta, abrazando con sus poderosas patas la cabeza y cuello, con todo el cariño de que era capaz con sus anzuelos por uñas, se dejó ya mecer por la bestia, pero esta, ya no contaba con la furia de su embestida, y con el león mordiendo su garganta y su patas clavadas en su cuello y cabeza, y con todo su peso colgando de estos, pronto comprendió que su alegre vitoria, su arrogante gozo, se había convertido en angustiosa trampa mortal, de la que ya nadie le libraría. Ahora sus enajenados instintos y sentimientos, no podían librarle de la muerte, como lo había hecho su valentía y arrojo. Más la satisfacción de saborear con tiempo su volátil gloria, pronto le convertiría en carne masticada en la boca del león.

 

¿Comprendéis lo que trato de explicaros?

 

¿Entendéis lo que quiero deciros?

 

Bueno, con este ejemplo trato de deciros muchas cosas, pero simplemente os sirva que, si seguís comportándoos los pobres de este mundo, los humildes, los obreros, los justos, los honrados, los sencillos, etc., como la bestia de este mundo, siempre seréis vencidos por el león que posee las armas, la inteligencia, el poder y la gloria, que le dan su astucia y malicia, para siempre engañaros y teneros sometidos, y, para complacer todos sus apetitos de carne, sangre y vida ajena.

 

Más si tan siquiera no por inteligencia, sino por fe, depositáis vuestra confianza en vuestro Señor, comprenderíais que también el poder y la gloria del león de maldad, que gobierna este mundo es ilusoria, es pura vanidad, es pura arrogancia instintiva también, y basada en principios, doctrinas, leyes y normas injustas y egoístas, por lo que aunque son reales, no son firmes, tal cual es, cualquier castillo de arena que construyáis cerca de la orilla del mar en marea baja, que cuando la marea suba de nuevo, no quedará rastro de ese hermoso y adornado castillo de arena, que el agua barrera y limpiará y purificará de todo contacto humano, de toda maldad humana. Así está Escrito que convertiré este mundo de ilusoria y resplandeciente maldad, en nada, que el viento arrastrará como la pelusa que flota en verano por los aires. No en vano se me llama también Jehová de los ejércitos. Y, si no comprendéis estas cosas tan sencillas, tampoco comprenderéis que, por mucho que juguéis a la guerra con el león que en este mundo posee las armas, el dinero, el poder, la astucia y la suficiente maldad, para como siempre derrotaros y devorar no solo vuestro esfuerzo, vuestro trabajo, vuestra sangre, vuestras vidas, sino, para seguir devorando vuestra dignidad para seguir llamándoos siervos de Dios, puesto que los verdaderos siervos de Dios, no siguen el juego del león, no solo para regalarle sus vidas y su libertad, sino que también, para seguir proporcionándoles carne fresca y que no necesita de congelador, como es la carne fresca de vuestros hijos y demás generaciones. Si, hijos míos, a los malvados de este mundo, no les hace falta despensas, graneros y congeladores, pues siempre están servidos por la vida fresca que le estáis proporcionando a través de las generaciones. ¿Todavía no habéis despertado de vuestro sueño ilusorio de falsa libertad, de evaporada gloria, que os eleva con vuestras borracheras y demás atracones de todo tipo de drogas, o, de la gloria que os proporciona servir de capataces de los demás esclavos, de capataces de los humildes y pobres de este mundo, de capataces de los honrados y justos de la Tierra, para que ante la valentía a veces de arremeter contra el león sangriento de este mundo, los obligáis mediante vuestros ejércitos y policías pagadas con los dineros que le son robados mediante los impuestos a los pueblos sometidos, a ofrecer bondadosamente sus cuellos y gargantas con toda vuestra falsa e injusta libertad?

 

¿Cuándo comprenderéis que sin mí, sois una bestia sin inteligencia, sois una bestia torpe que no sabe a dónde ir, ni qué hacer con su destino, el cual  ponéis al servicio del león de este mundo, que os devorará sin compasión ni piedad a vosotros, y a vuestros descendientes generación, tras generación?

 

¡No, no os necesito, ni necesito vuestra fuerza, sino, vuestra fe, y entonces sabréis, porque me llaman también, Jehová de los ejércitos!

 

Dios del Cielo (Cristo Maestro Andar)

 

 

¡Acudid a la llamada de vuestro pastor, levantaos ovejas mías!

 

¡Acudid a la llamada de vuestro Padre, despertad y levantaos hijos míos!

 

¡ACUDID A LA LLAMADA DEL DIOS DEL CIELO!

 

¡Manifestaos por la justicia social, por la igualdad social y económica, por la paz, por el amor, por la libertad y por vuestra felicidad, todos los domingos a las 13 horas por toda la Tierra! ¡Así se conocerán mis ovejas, mis hijos, mis santos, así se conocerán mis ángeles, así os reconoceré, y, así, sabré que me reconocéis, y, que, no os avergonzáis de mi, pues quien se avergüenza de mi, se avergüenza del bien, y, se avergüenza de todo lo que está Escrito en las Sagradas Escrituras, y, además se avergüenza de llevar parte de mi genética Divina, y, además es cómplice del mal que domina este mundo!

 

¡POR UN SOLO PAIS, EL MUNDO! ¡POR UNA SOLA BANDERA! ¡POR UN SOLO IDIOMA! ¡POR UN SOLO DIOS!

 

Os quiero hijos míos. Justicia, paz, amor y felicidad.-Dios Poderoso (Cristo Maestro Andar)

 

Mandar a todo medio de comunicación, organismos, ONU, políticos, religiosos, iglesias, ONG, sindicatos, Internet, etc., nacionales e internacionales (Traducir a otros idiomas)

 

(Más información en: cristo.webblog.es, ungranmonte.wordpress.com, ungranmonte.blogia.com, ungranmonte.blogspot.com)

 

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