Blogia
Un Gran Monte

---¿ES DIOS INJUSTO?---

---¿ES DIOS INJUSTO?---

¿ES DIOS INJUSTO?

A 24 de junio de 2015.

Dios no es injusto. Dios es justo, y para mí parecer demasiado justo, con lo que a mí respeta. Sin embargo, a pesar de lo justo que es, a mí en numerosas ocasiones me ha tendido la mano, me ha levantado, me ha socorrido y salvado la vida en numerosas ocasiones, y hasta me ha permitido ciertos caprichos. Aunque egoístamente reconozco que a mí me parecen muy pocos, y muy poco la ayuda que me gustaría tener y recibir de Dios. ¿Pero por qué, Dios me trata, protege y ayuda, de forma extra y diferente a los demás seres humanos? ¿Es que Dios en realidad es injusto? ¡No! ¡No lo es! ¿Es que Dios está usando su poder  injustamente, para ayudarme a mí más que a los demás? ¡No! ¡Dios no es injusto, ni siquiera para ayudarme o socorrerme! ¡Al contrario de ser injusto con vosotros, no lo es, sino que para dar ejemplo de humildad, es todo lo contrario, y aunque es justo lo que hace conmigo, digamos que, realmente se queda muy justo, escasamente justo! ¡Y lo hace precisamente para dar ejemplo, como cuando un maestro en su escuela tiene además entre sus alumnos, a uno de sus hijos, y delante de toda la clase y para que sirva de ejemplo, le exige más a su propio hijo que  a los demás compañeros, precisamente para que sirva de ejemplo a todos, de que la rectitud y esfuerzo, que exige a todos sus alumnos, antes se lo exige con más fuerza y firmeza, a su propio hijo¡ ¿Pero entonces a que puede venir que Dios sea justo, si a mí me ayuda o socorre un poco más que a la mayoría de los seres humanos? ¡Porque yo trabajo para Dios! ¡Porque yo en mi trabajo y revelación, de lo que Dios Manda y desea para los seres humanos, lo estoy representando en este tiempo y época! ¡Y al hacerlo, me estoy exponiendo a una mala suerte de experiencias por parte de los poderes establecidos, y sus criados, sirvientes, empleados, pelotas, perros, y afines, que no son los habituales, ni los corrientes! ¡Y, yo tan solo por representar lo que Dios quiere deciros, comunicaros, orientaros, guiaros, etc., soy en la práctica, el que expongo mi cara por Él, y, soy el que en la práctica, me llevo todos los tortazos, insultos, humillaciones, persecuciones, etc.! ¿Todavía creéis que Dios es injusto al ayudarme, o tal vez, que está haciendo justicia? ¡Una Justicia que a mí me parece escasa y corta, porque no me gusta padecer, ni sufrir más de la cuenta, y  mucho peor que los demás. Y, además sufrir y padecer, mucho más que los demás, por tratar de que vosotros no sufráis ni padezcáis, al tratar de aconsejaros y orientaros, para que podamos vivir todos en un mundo más ordenado y armonioso, tal como es el mundo que Dios nos tiene preparado, y que es el tan anunciado en las Sagradas Escrituras, como “El reino de Dios y su justicia”! ¿Todavía os sigue pareciendo que Dios es injusto? Si acaso Dios es injusto, es como en el caso del maestro que tiene en su clase a unos de sus hijos, que pueda parecer injusto, al exigir de mí más que a los demás, y prestarme menos ayuda y favoritismos, de los que en realidad debería tener. ¿Acaso gozo en este mundo, de una paz social, de un amor social,  de una protección social, etc., como la que disponen muchos, altas o bajas, jerarquías religiosas o políticas, etc., que se dicen que representan a Dios, o al pueblo, o a los ciudadanos, etc., y es una gran mentira y farsa, y que tan solo se representan a sí mismos, a sus intereses egoístas, o a los de sus amos, seguidores y afines? ¿Creéis que desde tantos años que llevo representando lo que Dios espera de vosotros en este mundo, gozo de privilegios? Si así pensáis, porque lo creéis, estáis también en lo cierto, porque llevo más de veinte  años gozando del privilegio de la persecución encubierta, maliciosa y refinada, que me hace vivir constantemente en el placer agotador, que después de tanto disfrute de paranoias provocadas por las constantes caricias de sufrimientos y angustias, disfruto. A esto solo me falta el deleite de padecer una cruel y trágica muerte. ¡Pero mejor espero, que Dios siga siendo muy escasamente justo conmigo, y prefiero que se quede muy justamente corto conmigo, y me libre, de que vosotros me sigáis bendiciendo con tantos gozos, placeres y deleites!

Cristo Maestro Andar (“ungranmonte.blogspot.com”).

0 comentarios