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Un Gran Monte

-----EL TEMOR-----

-----EL TEMOR-----

---EL TEMOR---

(Recomendación a un predicador conocido de internet que me cae bien).

A 18 de julio de 2014.

 

 

Como es bien sabido, yo hace muchos años que no tengo amigos, desde que los ángeles caídos y todos los que les sirven y les siguen, la han tomado conmigo y han intentado varias veces acabar con mi vida. Sin embargo a ti Víctor, te trataré como a un amigo, para que veas que lo que voy a decirte, no es nada personal, sino como tú bien dices en muchas de tus conferencias, que hay que decirles la verdad a los que nos rodean y a quienes estimamos o respetamos y a nuestros seres queridos, si queremos que se salven, etc. Luego será cuestión de su libre albedrío y de su libertad, quienes harán caso o no, en seguir las recomendaciones y los consejos, y, amigo Víctor, esto yo también a ti te lo digo:

 

Amigo Víctor, si lo que te voy a decir a continuación te ofende, no te extrañes. Más yo no lo hago por ofenderte, ni lastimarte, sino más bien porque te estimo y te agradezco tus conferencias, que me aportan siempre algo de información Bíblica, aunque no esté de acuerdo en la traducción de algunos conceptos, mensajes o simbologías, que tú haces de las mismas, aunque me reconozco un ignorante de las mismas, puesto que no me dedico a su estudio, ni desciframiento, sino que algunas veces inspirado por Dios leo determinados pasajes de la misma. Y reconozco que cuando esto, lo hago por mi cuenta puedo equivocarme muy fácilmente, porque dejarnos llevar por nuestras mentes mundanas, no son el mejor, ni el más adecuado conductor para  nuestro espíritu. Y, para que comprendas que lo que voy a decirte no es personal, sino que proviene del Altísimo, te diré que yo personalmente te admiro aunque no tenga tiempo de seguir la mayoría de tus conferencias, que me aportarían mucha información y cultura Bíblica. Es por esto amigo Víctor que te digo que, cuando mi corazón está inclinado a muchas de las cosas que predicas, que, es Dios mismo, quién me dice que tenga cuidado, porque mientras hablas muy mal del  Diablo, estás representado y sirviendo a Lucifer, y, son dos entes muy diferentes. Y, recordarte que el Diablo sirve a Lucifer. Y no tener esto claro, puede conducirte a dónde estás, que, combatiendo al Diablo estés al mismo tiempo sirviendo sin saberlo o sabiéndolo, a Lucifer. ¿Sabes por qué todavía no han intentado matarte o perseguirte de veras? ¡Porque la has tomado con el Diablo y con Satanás! ¡Porque el día que descubras quién representa en este mundo a Lucifer y arremetas contra él, estarás perdido! Y Lucifer es quién tiene el poder mundano supremo en este mundo. Y que no te des cuenta de estas cosas, la verdad es que esto me da mucha pena, porque me caes bien. Pero Dios en esto ha sido muy claro, como otras muchas veces no me lo ha puesto tan sencillo de comprender. Por lo que mi consejo es que pidas ayuda directamente a Dios, y no al desciframiento de las Sagradas Escrituras, pues el que salva es Él. No nos va a salvar el traducir a la perfección los textos Bíblicos. Recuerda que en su tiempo los más entendidos en las Sagradas Escrituras, fueron siempre los más obcecados y testarudos en admitir y reconocer a los Profetas y Enviados de Dios, y que fueron siempre estos, los que los perseguían o mandaban matar, tal cual le sucedió a Jesucristo.

 

Tal vez amigo Víctor si te hayas dado cuenta de quién representa en este mundo a Lucifer, y no tengas el valor de hacerlo público, porque tú temor a Lucifer sea mayor que el temor que tengas a Dios. Sí quieres alguna humilde información de Lucifer y de quienes lo representan en este mundo, la tienes en uno de mis trabajos, titulado así como su nombre luce “Lucifer” Pero ya te digo amigo, hay que ser verdaderamente valiente para enfrentarse a Lucifer, o, al menos tenerle más temor a Dios que a Lucifer, porque por salvar la vida humana, se pierde la vida eterna.

 

Amigo Víctor, ¿por qué Dios me dijo esto de ti no lo sé? Pero por deducción podría ser porque te centras tanto en las Sagradas Escrituras, que a Él lo dejas a un lado, lo relegas a un segundo o tercer lugar en tu corazón. O, incluso el temor que puedas sentir por Lucifer, relega en tu corazón a Dios a un segundo o treceavo lugar en tu corazón. Bueno, esto mejor que nadie, tú tienes que saberlo o analizarlo.

 

También te digo que no te obceques tanto con los números. Qué si el once, qué si el trece. Yo nací en un día trece, y Dios me ha dicho que este número le representa. Ya ves. También doce eran los apóstoles y Jesucristo hacía el trece. También las tribus de Israel eran y son doce, y con cada profeta o enviado que traía el espíritu de Dios, hacían siempre el trece. Bueno, esto para que reflexiones en que los ángeles caídos siempre se han adueñado artificialmente de las religiones, de Dios y de toda su simbología, pero esto no quiere decir, que, de lo que se aprovechan y se adueñan mundanamente, sea de ellos, o lo que a ellos les representa verdaderamente.

 

¿Sabes amigo Víctor? ¡Cristo ya está en este mundo y el Mesías esperado por musulmanes y judíos también! ¡Solo decirte que, para los judíos Cristo es un profeta esperado y anunciado por los Profetas antiguos, y el Mesías, lo mismo! Los grandes entendidos que se guían por el Antiguo Testamento dicen, que en estos tiempos el Cristo y el Nuevo Mesías, son según está reflejado en las Sagradas Escrituras más antiguas, Elías y Enoc, que Dios había guardado para el final de los tiempos. Bueno, pero esto a mí no me importa, porque yo no soy un gran entendido en las Sagradas Escrituras, si no que, ¡pobre de mí!, qué tan solo me guío en mi ignorancia por lo que Dios me dice y me ha dicho en numerosas ocasiones, y, es que yo soy el Cristo. Y, a esto, ya, desde hace muchos años ya le he dado muchísimas vueltas, y a Dios no le gusta que se dude de lo que Él insistentemente me dice. Pero ya ves, yo muchas veces dudo y en mis dudas y  poca fe, caigo muchas veces. Pero ya llegó el momento de ser valiente y afrontar la verdad, la verdad que no me gusta y no me hace mucha gracia por lo que he tenido que pasar y vivir. Y todo por no hacer caso de Dios y darle la espalda, tratando siempre de escurrir el bulto, y no hacerme cargo de mi deber y responsabilidades, por cobarde. Ya ves amigo Víctor, yo también soy y he sido un cobarde muchas veces y muchas veces he dado la espalda a Dios. Sin embargo otras muchas veces me he arrepentido y me he hecho el valiente, y lo he pasado y lo estoy pasando muy mal. Pero hay que decidirse de una vez, y decidir si tener más temor de Dios, que es el que nos salva, o, tener miedo a perder la vida física y tener más temor a Lucifer, al Diablo o a Satanás. Para eso somos dueños de nuestros destinos y de nuestro libre albedrío, y aunque se tenga miedo, mejor decidirse por el temor a Dios, que en definitiva es quién salva o condena.

Cristo Maestro Andar. 

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