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Un Gran Monte

-TRISTEZA MAÑANERA EN EL DIA...-

miércoles 16 de junio de 2010

-TRISTEZA MAÑANERA EN EL DIA DE MI CUMPLEAÑOS-


 

Tristeza mañanera en el día de mi cumpleaños.
Córdoba a 16 de junio de 2010.
Dedicada a mis hijos carnales en esta vida y por supuesto también, a todos mis hijos espirituales.

Bueno, bien es sabido de todos mis antiguos conocidos y familiares, que a mí nunca me gustó celebrar nada, y, mucho menos mis cumpleaños. Esto, ya desde muy joven era algo natural en mí, debido a que sabía que nada tenían que ver las celebraciones tradicionales, con la verdadera alegría del espíritu, que, nada tenían que ver todo tipo de celebraciones ya fueran culturales o religiosas, con la sincera felicidad espiritual o racional. Y, en mi hogar, no celebrábamos nada de esto especialmente, sino, que yo procuraba que todo el tiempo de ocio que disponíamos en la familia, fuese el día que fuese, siempre lo pasábamos todos juntos tratando de divertirnos de diferentes maneras, pero, fuese como fuese, siempre estábamos todos juntos, nadie andaba por separado hasta que mis dos mayores cumplieron los dieciocho años, pues, los eduqué diciéndoles que, para hacer lo mismo que los demás, les sobraría toda la vida, si es que así lo decidían, cuando dispusieran de su mayoría de edad, pues el ejemplo, que por doquier podíamos observar de los demás jóvenes niños, o niños más viejos, era desastroso, pues a edades muy tempranas empezaban a emborracharse y a probar todo tipo de drogas, y, yo quería demasiado a mis hijos, como para dejar, que las calles nocturnas, fueran sus crueles educadoras. Los conocidos y familiares me decían que había dejarlos libres, que era su responsabilidad frente a la vida y que ellos tenían que tener la libertad y la opción, para escoger y decidir lo que era bueno o malo. Cosas o consejos tradicionales, con los cuales yo nunca estuve de acuerdo, puesto, que, yo sabía perfectamente, que, a esas edades, los niños, los jóvenes niños, y los jóvenes viejos, todavía no tenían capacidad racional, para distinguir lo bueno de lo malo, de distinguir las cosas que perjudican o benefician. Esto, que les decía a la mayoría de la gente, no lo comprendían. ¿Cómo iban a comprenderlo, si ellos por muy adultos y por muchos años que tuviesen, la mayoría no sabían distinguir generalmente, lo bueno de lo malo? ¿Cómo van a comprender, lo que está bien o mal, si han crecido con una venda en sus ojos, y unos tapones en sus oídos? ¿Cómo van a comprender, que, por tradición, por cultura, etc., se les pone a todos los seres humanos desde que nacen, una venda invisible, que no se nota al tacto, pero, que empaña la realidad que nos rodea? ¿Cómo van a comprender, que, a todos los seres humanos desde que nacen, se les pone unos tapones invisibles en los oídos, para distorsionar toda palabra, para distorsionar todo eco proveniente de lo más profundo de nuestro espíritu, del cual Dios nos proveyó con su divina genética, cuando creó al hombre? ¡Con esto, no estoy diciendo, que yo haya sido un buen padre, pues siempre he reconocido abiertamente, que estaba muy lejos de ser el padre ideal, por muchas y todas las razones del mundo, o, por ninguna razón o sinrazón, esto tenía que reconocer, que estaba muy lejos de mi alcance, el siquiera engañarme a mí mismo, con tales pretensiones que todavía no podían pertenecer a esta realidad, que, todavía no pertenecían, a esta cruda y fría realidad envolvente, que, como una fría niebla, lo traspasa todo, lo cubre todo, hasta llegar a lo más profundo de nuestra alma humana, e, inundarla de espesa y densa frialdad, apagando la llama pura y virgen de nuestra inocencia espiritual.

Bueno, os estaba diciendo, que, no solíamos celebrar ningún tipo de evento familiar, etc., pero, todo empezó a cambiar, y, a tornarse más en mi alma de color rosa, ablandando mi racionalidad, y, haciendo que mis sentimientos se sensibilizaran tiernamente, desde, que mi hija carnal más pequeña tomó contacto con la escuela y sus amiguitas empezaran a realizar y a celebrar sus cumpleaños en la escuela, en su aula, etc. Tengo que reconocer, que me volví blando, tan blando que me hubiese derretido de exponerme al Sol, y, no es que a ella, la quisiese más que a sus hermanos, si no, que, tenía la desagradable experiencia de saber, y haber sufrido todas las terribles discriminaciones, que sus hermanos habían tenido que soportar, por ser diferentes primero, y, luego por ser mis hijos, y no estaba dispuesto a soportar de nuevo, este insondable abismo de angustia discriminadora, que le esperaba a nuestra inocente pequeñina del alma, por lo que también dejé de asistir a reuniones de padres, de consejo escolar, etc., pues sabía que si asistía, la iba a liar como siempre, pues mi conciencia, no podía soportar la irresponsabilidad con que se estaba educando no solo a mis hijos, si no, a todos los niños.

¿Sabéis por qué os cuento todo esto? Pues simplemente porque quiero, por hablar, por cotillear, puesto que de nuevo mis sentimientos se han vuelto de un suave color rosa, tiñendo de este suave color femenino, mi alma varonil, puesto que, hasta los hombres más duros y fuertes de espíritu, se doblan ante la hermosura, la belleza, o, como en este caso, ante la ternura de nuestra dulce niña. Pero, no os confundáis, pues rendirse en determinados momentos especiales, mostrándonos cariñosos y tiernos, no quiere decir someterse diariamente y constantemente, a los caprichos sentimentales femeninos, pues, el hombre debe simplemente dejarse sentir hombre, y, debe hacerse sentir hombre, pues hasta el más frio y rígido acero, se ablanda con el calor. Bueno, pues como decía, todo esto, viene a cuento, de que, yo cumplía años, y, un día antes, mi niñita querida, que ahora hace algún tiempo que no veo, por voluntad propia y motivos que ahora no os voy a contar, pues, como os decía, el día anterior a mi cumpleaños, me mandó un correo electrónico, diciéndome que el día siguiente era mi cumpleaños, y, si yo quería, ella y sus hermanos me visitarían al día siguiente, para celebrarlo todos juntos, a lo cual le respondí, que me gustaría mucho verlos a todos, pero, que ahora me encontraba muy lejos de su casa y de Galicia, por lo que no era posible, etc. Este correo, me dejó más profundamente triste de lo que ya estaba, más vino la tarde, más se oscureció aquel día para mi, al acercarse aquella triste y misteriosa, especial noche de oscuridad infinita, pues, aunque de estas noches, a pesar de haber padecido muchas, uno no es capaz de acostumbrarse, pues el hombre, no fue creado para estar solo, ni abandonado de sentimientos, ni abandonado de ternuras y caricias, ni abandonado de compañeros de camino, tal cual, a mi me habéis obligado, y, forzado a vivir así, como también, habéis obligado a tantos otros que perseguían mi justicia, la justicia de Dios. Qué todos estos sepan, que sus vidas no han sido inútiles, ni inútiles sus luchas y fracasos, pues su Dios está al fin aquí, para socorrerlos, y decirles que pronto acabaré con todo sufrimiento, con toda angustia, con todo dolor, con toda tristeza y soledad, pues el reino que yo os traigo, es semejante al reino que ya existe en los cielos, por esto se os dijo, que sería el reino de Dios y el Paraíso.

Bueno, os seguiré contando. Pasó aquella noche y amaneció aquel día de mi cumpleaños, y, con las fuerzas renovadas me torné más optimista y jovial, pues a poco que se descanse por la noche, siempre las primeras horas del nuevo día, traen un brote de pujante afán, y, recordando racionalmente, que, yo nunca había sido tan sentimental, y, que realmente nunca me había gustado celebrar ningún cumpleaños, que me había dejado llevar por los inocentes impulsos, que despedía el corazón de mi niñita cariñosa, los cuales como brazos de miel, rodeaban mi prisionera alma, y, que, ahora, con el nuevo día, los desenroscaba de mi, con la nueva fuerza de la razón vespertina, con la nueva lucidez de aquel día, por lo que, me lavé y despejé con aquel agua que recorría mi cara y cabeza, arrastrando como si de un sueño lejano se tratase, todos mis sentimentalismos de ayer. Después desayuné y salí a la calle, con un aire nuevo en mi mirar y diciéndome a mí mismo, que en este día, no iba a ponerme especialmente triste, sin embargo, como si me hubiese dado un pequeño calambre en mi alma, una sombra de tristeza atravesó mi ser, pero, no iba a poder conmigo, con mi voluntad, pues ahora estaba contento, y renovadamente alegre, sin embargo, como un pequeño poso lento y pesado, se había asentado ya, en mi fresco espíritu mañanero, que como suave sombra de nube me acompañaba, y, sin querer profundizar y como haciéndome el olvidadizo, me perdí por las calles, hasta que con mi mano, tal cual suelo hacer muchas veces, tomo de algún árbol cercano un brote verde, una ramilla tierna, o una hoja fresca, como era este el caso, ya que había tomado una húmeda y verde joven hoja, más al fijarme en ella, vi asombrado que tenia la perfecta forma de un corazón, al momento vino a mis pensamientos mi pequeña niña, mi cariñosa y dulce pequeña, me volví hacia el árbol de donde había tomado la hoja, para comprobar si todas las hojas eran iguales, con esa forma de corazón, más aunque guardaban cierto parecido, no tenían esa forma, quizás fuera el tamaño, y que fuese una hoja más nueva, etc. Seguí caminado y mirando extrañado aquella misteriosa casualidad, y sonriendo un poco burlonamente, como diciéndome, a estas alturas, me estoy volviendo exageradamente sentimental. Mientras, un manantial de sabiduría que late en mi, y, que como cuando se cambia de emisora en la radio, o de canal en la televisión, me hace sentir otros mundos, ver otras realidades, observar y oír otros seres universales y dimensionales, pude sentir que, aquella hoja con forma de corazón, era un regalo de mis queridos ángeles de los cielos, y, con una sincera sonrisa interna, les dije, que estaba muy emocionado, y, más que nada muy, pero muy sorprendido, puesto que, nunca se habían implicado emocionalmente conmigo, tan directamente sentimentales y cariñosos conmigo, pues, siempre se mostraban dispuestos a ayudarme, e intervenían decididamente en mis situaciones difíciles y desesperadas, pero jamás se habían implicado emocionalmente conmigo, y, les dije, que sabia porque lo hacían, más no me iban a ablandar, no tenía pensado a estas alturas alegrarme por cumplir años, ni a pensar, ni mucho menos a sentir, que aquel día fuese diferente de los demás, aunque la tristeza de mi soledad, ya se había convertido en pesada carga. De todas formas, les di las gracias por tan hermoso regalo y lo guardé en el bolsillo de mi camisa, que estaba a la altura de mi corazón, bueno, tal vez, si, me estaba sentimentalmente ablandando, pues, era la primera vez que mis ángeles de los cielos, hacían algo semejante.

Llegó la tarde y serian sobre las siete, y, salí a dar un paseo, buscando distraerme, mientras detrás del horizonte me esperaba la noche, y, aunque no había olvidado la experiencia de la mañana, el pasar de las horas, me habían enfriado las ganas de sentir como un niño, y, ya volvía a ser un hombre serio y cabal, y, como casi siempre que está nublado, busco en el cielo la claridad del Sol, como para situarme y no geográficamente, si no, como para situarme instintivamente en el tiempo y en el espacio universal, pues, hasta que lo hago, es como si estuviese perdido, y, de noche busco la Luna o las estrellas, parece que mi existencia, no encuentra apoyo material, hasta que me asiento sobre los marcos y postes que marcan nuestros caminos celestiales, indicándome una determinada situación del tiempo eterno, y, marcándome una determinada situación en el espacio infinito, entonces, como por arte de magia, me encuentro realmente a mismo, se quién soy, y, que estoy haciendo en esta vida, y, cual es mi cometido en este mundo y en esta época.

Bueno, cuando localicé la claridad del Sol, este, lanzaba sus rayos potentes a través de un agujero que atravesaba las densas y negruzcas nubes de tormenta, bueno, esto no me extrañó, puesto que ocurre muchas veces. Seguí caminando y como me quedaba de frente, seguí observando como aquellas nubes tormentosas se desplazaban rápidamente sobre sí mismas, más el rayo potente del Sol que las atravesaba, seguía apuntando hacia el mismo sitio, ya que, caían sobre un sitio muy particular y fácil de identificar, cerca de la Mezquita-Catedral de Córdoba , seguí caminando y como estaba en un sitio despejado, y enfrente, al otro lado del rio y cerca de donde se halla el campo de futbol de Córdoba, hacia el primer puente que cruza el rio, y, caminando despacio, mientras pasaban los minutos, y las nubes seguían agitándose y transformándose, aquel hoyo, por donde el Sol las atravesaba, aunque se desplazaba muy lentamente, misteriosamente enfocaban al mismo sitio, y, esto matemáticamente no era posible, pues es como cuando se desplaza la luz de una linterna o un foco, si la cambias de posición o simplemente la desplazas aunque conserven el mismo Angulo, no alumbran nunca el mismo sitio, a menos que con la mano, u otro artilugio, etc., las redirecciones continuamente buscando un determinado objetivo, buscando continuamente el mismo objeto, etc. Bueno, esto sí, ya empezó a llamar mi atención y por otras experiencias místicas, sabía que mi espíritu en aquella ocasión, me estaba indicando con aquella experiencia, una nueva, que me aguardaba allí, donde el Sol, cual linterna gigantesca, y manejado por una mano invisible, no se apartaba de aquel mismo lugar, y que yo, ya había marcado como marino, como una baliza fija ya en mi memoria.

Seguí tranquilamente caminando, hasta que por fin y después de al menos de cinco o seis minutos, el agujero se taponó y el Sol desapareció del todo, más hasta que, como si al que manejaba el Sol o el agujero de las nubes, le respondí, que ya estaba enterado, y que ya tenía situado el lugar exacto, no se cerró el hoyo de las nubes, ni el Sol desapareció detrás de estas. Yo, sabía ahora, que detrás de esta experiencia, no estaban mis ángeles de los cielos, si no, que era mi Espíritu divino, pues así firmemente lo sentía, e, intensamente emocionado empecé a alargar un poco más mis pasos, más sin mostrar nerviosismo, ni inquietud, pues por experiencia sabia que, lo que místicamente esta previsto, se cumpliría sin tener que ver con nuestro tiempo y espacio terrenal, es decir, que se cumpliría apurase yo más, o, me dejase llevar por la calma. De forma que proseguí, pero al internarme en las primeras calles de la ciudad vieja, perdí la referencia, la marca, pues los edificios de las calles que tenía enfrente de mí y sobre mí, me impedían ver mi referencia, estuve dando vueltas e intentando dar con el lugar, hasta pregunté por aquel tejado en particular, y me dijeron que estaba por allí, o por allá, etc., más por más vueltas que di, no pude verlo, pues los edificios debían ocultarlo a mi vista, ya que ese lugar, debía quedar dentro de algún recinto, el cual no daba a calle alguna y los edificios altos, en estas estrechas callejuelas, hacían de pantalla. Bueno, empecé a enfadarme y a decirle a mi Espíritu, si me había hecho esto, para verme enfadado, para molestarme, pero, enseguida me relajé y pensé que, nunca me había hecho algo así, si no, que como otras veces, en otras tantas experiencias era yo, el que tenia prisas, y, por lo tanto, recapacité y me dije, quizás era para que visitase la Mezquita, pues sabe muy bien mi Espíritu, que la curiosidad por el arte humano, no son mi hobby, ni me entretienen, si no, todo lo contrario, y, que no suelo dar importancia a los edificios, ni monumentos de ningún tipo, ni nuevos, ni viejos, pues a menos que estén en mi camino, no suelo visitarlos a propósito y a sabiendas. Bueno, me dije, visitaré la Mezquita, tal vez sea ahí, donde me espera la sorpresa de la nueva experiencia mística. Por lo que pregunté donde quedaba y como estaba por allí cerca, enseguida la encontré, sin embargo, no pude visitarla porque ya estaba cerrada, y pregunté el horario, y me dije bastante desilusionado y cansado de dar vueltas, bueno, iré mañana, y, cuando ya me marchaba, y contaba que la experiencia mística seria en la Mezquita y seria por lo tanto al día siguiente, surgió como una agazapada sorpresa, la maravillosa experiencia mística ¿Y sabéis cual era? Mi Espíritu, cual se tratase de mi personalidad humana, me había dispuesto una fiesta de cumpleaños sorpresa, una celebración inesperada, como diciéndome, “Mira, ves, ahora siempre estaré contigo, tu tiempo humano, también es ahora mi tiempo, ya nunca estarás solo, ves, estoy pendiente de ti” Por eso me gastó una broma con un engaño amoroso, al estilo que yo suelo hacer, cuando pretendo hacer feliz a alguien, primero le gasto una broma, que desilusiona muchísimo, y luego, una enorme y agradabilísima sorpresa regalo. Os voy a poner un ejemplo, a mi niña, le dije el año pasado, por e-mail y también por teléfono, que le había comprado un regalo, pues como no le había regalado nada por su cumpleaños y ya estábamos en navidades, pues que le compraría un regalo, que serviría para compensar el regalo de su cumpleaños, el de navidad y reyes, como es tradicional culturalmente por aquí. De manera que, cuando vino aquel siguiente sábado con sus hermanos a visitarme, yo le había preparado un regalo bien empaquetado y que abultase lo suyo, envuelto con papel de regalo y cinta de regalo, y, cuando llegó, se lo di, y ella, toda contenta e ilusionada, sacó los envoltorios y descubrió que dentro había una bolsa ecológica del Carrefour, de estas que tienen la propaganda de cuida el medio ambiente, y tiene la Tierra dibujada con los continentes, en medio de dos manos humanas, etc. Y, mi pequeña del alma, sin quererme mostrar su desilusión, para no herirme, sonrió, y me miró como diciéndome, con la mirada, pero papa, esto, es tan solo una bolsa, y, yo muy serio y siguiendo con la broma, le expliqué que, era una bolsa muy buena, y, que en el verano, le serviría de cesto para ir a la playa, meter las toallas, la merienda, y todo, aunque, me parece, que todavía te queda muy grande, haber, ponte de pie, y coge la bolsa en la mano, estira el brazo, si, todavía te queda grande, pues la arrastras por el suelo. Bueno, estuve un rato convenciéndola de que era un regalo estupendo y maravilloso, y para no mostrarse desagradecida conmigo, pues me quiere muchísimo, disimulaba como podía su gran desilusión, como pensando, mi padre no me quiere, o no puede, etc. ¿entonces, porque me hizo tanta ilusión de hacerme un regalo, que me compensaría varias celebraciones, etc.? Y cuando ya estaba conforme con el regalo, pues no le quedaba otro remedio, y, ya habían pasado unos minutos y ya la cosa se había enfriado un poco, saqué el regalo de verdad, empaquetado de forma parecido al anterior, y se lo di, y le dije, toma otro regalo, lo tomó, pero esta vez, con menos ilusión, que la primera vez, pensando, que tal vez, debía ser otro regalo sin importancia, y, cual no fue su sorpresa, cuando descubrió allí, un buen regalo de verdad, sentí como toda su alegría estallaba dentro de sí, de inocente felicidad infantil.

Pues así mismo, fue como mi Espíritu, me preparó mi primera celebración de cumpleaños de mi vida adulta, más el regalo, fue un regalo sorprendentemente místico y personal, que quizás algún día, me anime a contaros. Más de momento, tan solo es una de mis experiencias más. Y, en este caso, si no llega a ser por el engaño amoroso, pues me dio de mi propia medicina, no hubiese acudido a esta cita mística, si realmente supiese, que iba a estar destinada a tal fin, pues, mi Espíritu sabe muy bien, que estas cosas no me gustan, más se, que lo hizo, para que supiera, hasta que punto sabe, por lo que estoy humanamente pasando, y, que, hasta que punto, estamos Él y yo, implicados personalmente en esta tarea, que ya está Escrita desde el principio del tiempo, y que falta muy poco, para que se convierta en realidad.

Dios Fuerte (Cristo Maestro Niño)

Acudid a la llamada de vuestro pastor, levantaos ovejas mías! ¡Acudid a la llamada de vuestro Padre, despertad y levantaos hijos míos!

¡ACUDID A LA LLAMADA DEL DIOS DEL CIELO!

¡Manifestaos por la justicia social, por la igualdad social y económica, por la paz, por el amor, por la libertad y por vuestra felicidad, todos los domingos a las 13 horas por toda la Tierra. Así se conocerán mis ovejas, mis hijos, mis santos, así se conocerán mis ángeles, así os reconoceré, y, así, sabré que me reconocéis, y, que, no os avergonzáis de mi, pues quien se avergüenza de mi, se avergüenza del bien, y, se avergüenza de todo lo que está Escrito en las Sagradas Escrituras, y, además se avergüenza de llevar parte de mi genética Divina, y, además es cómplice del mal que domina este mundo!

¡POR UN SOLO PAIS, EL MUNDO! ¡POR UNA SOLA BANDERA! ¡POR UN SOLO IDIOMA! ¡POR UN SOLO DIOS!

Os quiero hijos míos. Justicia, paz, amor y felicidad.-Dios Poderoso (Cristo Maestro Andar)

Mandar a todo medio de comunicación, organismos, ONU, políticos, religiosos, iglesias, ONG, sindicatos, Internet, etc., nacionales e internacionales (Traducir a otros idiomas)

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