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Un Gran Monte

-EL BIEN Y EL MAL, Y, LA REPRODUCCIÓN SEXUAL-

jueves 18 de marzo de 2010

-EL BIEN Y EL MAL, Y, LA REPRODUCCIÓN SEXUAL-


El bien y el mal, y, la reproducción sexual.
Pontevedra a 18 de marzo de 2010.
Hola hijos míos.

Recuerdo que cuando era todavía muy niño, estaba con uno de mis abuelos en la casa de un tío, que era cuñado precisamente de este abuelo, y, estábamos en el bajo de su casa. Este bajo, de una casa humilde de pescadores, era espacioso y casi sin habitaciones, no recuerdo ahora exactamente, pero tendría una o dos pequeñísimas, el resto era una especie de comedor, con cocina incluida, y, todo el espacio restante, hacía de almacén, donde se amontonaban ordenadamente las redes y demás aparejos y útiles de pesca. Y, recuerdo que allí, siempre estaba este tío mío, y muchas veces también mi abuelo ayudándole, cuando ambos no estaban en la mar, pues, estaban reparando o preparando las redes u otros aparejos, nasas, cabos (cuerdas marinas), cordeles e hilos de pesca, etc., y, recuerdo que, en una ocasión, que como ya dije, era todavía muy niño, me dijeron en tono medio en serio, toma deslía, desenreda, este manojo de hilo, depositándome en las manos, un gran manojo de hilo de cordel, hecho una gran y deforme pelota liada y caótica, que la buena y enfadada mar, se había encargado de trenzar, con un numero de vueltas y nudos, que parecían no tener fin, ni era posible, saber dónde estaba el principio o el final, un caos tan tremendo, que solo un marinero, sería capaz de ordenar y poder reutilizar de nuevo, pues antes, en aquellos tiempos, no se tiraba nada, y, nada se daba por perdido, a menos que estuviese podrido, ya que dadas las necesidades de las gentes humildes, y, lo caro y escaso de los útiles de pesca, eran tales, que compensaba el perder o dedicar tiempo, a reparar y reutilizar, una y otra vez, todos los elementos del trabajo marinero, por lo que, los marineros, como si fuesen una raza especial de hombres, estaban dotados de una virtuosa y cariñosa paciencia, a la hora de manejar todos sus útiles de pesca. Esto, era algo, que solo yo podía advertir, es cómo, si aquellas redes y aparejos de pesca, fuesen los cabellos de bellas y tentadoras mujeres, a las cuales cariñosamente acariciaban, o, también manejaban con firmeza, si era el caso, y, esto, lo observaba en todos aquellos marineros mayores, que me rodeaban, y formaban parte de mis parientes más próximos o lejanos. Marineros, cuya sangre además de roja, era también salada, y, sus manos más bien con el tiempo, se habían convertido, en unos extraordinarios aparejos más de pesca, aparejos sabios y muy diestros, en toda clase de pericias académicas y universitarios, de la vida humilde y trabajadora, pues, no existe mejor academia, ni mejor universidad, que las condiciones duras de la naturaleza, donde con el esfuerzo diario, los humildes trabajadores, luchan con sus almas sangrantes, con los violentos temporales de las circunstancias penosas, que el tiempo madura, en medio de la tempestad de la vida.

Bueno, pues como os decía antes, cuando depositaron en mis manos aquel manojo caótico y liado de hilo, aquella pelota de nudos deforme, sin fin ni principio, yo, en mi ignorancia y falta de experiencia, empecé a tirar lo más fuerte que podía por los nudos, lazos, etc., de aquella terrible maraña de hilos enredados, que parecía que, la mar con toda su mala leche, con toda su malicia, había anudado caóticamente y sin fin, como, para advertir a los marineros, quien mandaba en sus aguas. Más, la buena mar, ni con toda su furia y violenta malicia, podía con la paciencia de aquellos pacientes y cariñosos marineros, que una y otra vez, devolvían sus redes y aparejos reparados a la mar, como diciéndole a esta, es inútil que te enfades con nosotros, pues, no somos tus enemigos, si no, tus labradores de cabellos, somos los que te queremos y ordenamos, pues ya eres una parte más del liquido, que corre por nuestras venas, y, tus olas, ya forman parte del balanceo de nuestros sueños e ilusiones, y, tu viento, no es si no, nuestra jadeante respiración cuando faenamos, y, tus continuas y fuertes corrientes, no son más que, el resultado del latido de nuestro corazón. Si, esto, era lo que sentían sin palabras pronunciadas, ni frases escritas, aquellos hombres forjados a golpe de salitre y viento, de tal manera, que la hermosa, bella y tentadora mar, terminaba por enamorarse de aquellos hombres indomables, por lo que, la única forma de poseerlos era quedarse con algunos dentro de sí, en lo más profundo de su alma salada, donde afloraban las algas, cabellos de colores ondulantes.

Como os decía, empecé a tirar lo más fuerte que podía, de todos aquellos lazos y nudos, y, al momento tanto mi abuelo, como mi tío, con una mirada cariñosa y sonriente, me dijeron ¡Así, no, que es todavía peor, y, la aprietas todavía más! Entonces, mi abuelo, tomando en sus manos aquella pelota de nudos, me enseñó cómo se hacía, con suavidad y como si fuese un masaje, estiraba parte de aquella pelota hacia el exterior, como tratando de abrir los pétalos pegados de una gran flor, sin romperla. Así, de esta manera, iba ensanchando y agrandando aquella pelota de nudos caóticos, hasta que, poco a poco, podía adivinarse el sentido y la dirección, que tomaban sus innumerables vueltas, revueltas, nudos, y nudos sobre cientos de nudos, etc., y, con gran paciencia, y empezando a adivinar, el sentido y la dirección, de estos nudos, se podía empezar, a desliar aquel caos, que parecía no tener remedio, hasta conseguir, estirar completamente aquel cordel, como si nunca se hubiese utilizado antes, y, entonces, como si fuese, un misterioso acto de magia, ya estaba listo, para volver a utilizar, y, los sentimientos de aquellos hombres, cuando conseguían aquel orden, era como, si hubiesen comprado un nuevo y valioso útil de pesca, ya, había dejado de ser inservible, ya había dejado de ser algo inútil, ya había dejado de ser algo desechable, y, con ojos nuevos y nuevas esperanzas, veían todos aquellas redes y aparejos reparados, como nuevas e ideales oportunidades, que la vida les proporcionaba, para que siempre pudiesen seguir adelante, en su humilde empeño, de poseer comida caliente en sus estómagos y en los de sus familiares, para que su alma se sintiera satisfecha de ellos, y, se durmiese al calor de su esfuerzo honrado.

¿Pero, por qué os cuento todo esto? ¿Quizás, para entreteneros? ¿Tal vez, para distraeros? ¿O, acaso, para tratar deciros algo importante?

Bueno, lo que trato de deciros es que, Dios utiliza a su Espíritu, y, a sus ángeles, arcángeles, hombres, animales, vegetales, minerales, etc., como expertos marineros, para desenredar todos los nudos y lazos de las circunstancias de la Vida, en todo lo que existe, para desenredar todos los nudos y lazos, de todos los problemas, eternamente enredados de la Vida. Los utiliza, para desenredar todos los nudos y lazos, de todos los defectos, eternamente enredados de la Vida. Los utiliza, para desenredar todos los nudos y lazos, de todos los males eternamente enredados de la Vida. Los utiliza, para desenredar todos los infinitos nudos y lazos, que la Vida encuentra, en su camino hacia la perfección. Dios utiliza a su Espíritu, y, a sus ángeles, arcángeles, hombres, etc., para desenredar todos los nudos y lazos, que la natural evolución y las circunstancias de la Vida, a enredado en toda la genética universal, y que las circunstancias de la Vida, por perfeccionarse constantemente, a enredado, y, el Espíritu Divino, y sus ángeles, arcángeles, hombres, etc., como buenos marineros, y con toda su virtuosa y cariñosa, y firme paciencia, acarician, y masajean con delicadeza la vida defectuosa, la vida caótica, la vida ignorante y ciega, la vida enredada infinitamente, sobre sus más bajos instintos y males, para poco a poco, ir desenredando todo aquella vida, que se había perdido, para ir desenredando todo aquello de la Vida, que se daba por perdido, y, una vez, conseguido este objetivo, el objetivo de ver aquellas todas vidas ordenadas y que han recuperado la armonía, como unas nuevas vidas, como unas relucientes y purificadas vidas nuevas, que Dios había recuperado, para volver a pescar de nuevo en su mar, para volver a pescar en su ser infinito.

¿Y, como hace Dios, para desenredar los misteriosos nudos de su Vida eterna? ¡Pues, al igual que los marineros, separando cuidadosamente, con delicadeza, masajeando la genética fuertemente enredada, la genética fuertemente y caóticamente anudada, hasta conseguir separar todos sus defectos y males, intrincados nudos y lazos biológicos! ¿Y, biológicamente como consigue esto? ¡Pues separando el bien del mal, y, acariciándolos y masajeándolos en el tiempo y espacio, hasta desenredarlos y reconducirlos hacia la armonía y perfección de su ser eterno! ¿Y, como ocurre o se realiza, este complicado, y místico proceso, en la vida de los seres humanos? ¡Pues, tal como se explica simbólicamente en Génesis, y, Dios, empieza a desenredar, todos los defectos y males genéticos de Adán, separando de él, todos sus males y defectos genéticos instintivos en forma de mujer, así, el hombre puede observar todos sus nudos enredados, sus lazos enredados fuertemente en torno a su espíritu, los lazos, y nudos físicos del cuerpo humano, los lazos y nudos fuertemente enredados de su vida animal, los nudos y lazos fuertemente enredados de sus más bajos instintos, sobre su espíritu puro y libre! ¿Y, como consigue Dios, desenredar bilógicamente y separar los terribles nudos, que atan desesperadamente el bien con el mal, y, que atan y amarran, y rodean en el tiempo y espacio, en un sólido y fuerte conjunto de nudos y lazos caóticos, el espíritu puro heredado de Dios, y, la vida básica animal del cuerpo humano. Como realiza Dios, este paciente trabajo natural? ¡Os lo explicaré de una forma sencilla, para que todas las mentes sencillas y humildes, puedan comprender como se realiza este trabajo y función natural de la Vida Divina, de forma que todos, podáis observar de una forma sencilla, con vuestros ojos, y, con vuestros sentidos e inteligencia, como Dios, desenreda el mal del bien, separándolos en el tiempo y espacio. Y, esto, lo realiza, separando todos los millones de nudos y lazos, enredados en Adán. Estos millones de nudos y lazos, enredados sobre el ser de Adán, son todos sus defectos y males ¿y como hace Dios, para separar estos millones de defectos y males, del ser de Adán? ¡Pues sacando una parte de Adán fuera de sí, y, a través de la reproducción sexual, y, a través de todos sus descendientes, que son los millones de nudos, y son los millones de lazos, y, son los males biológicos de Adán, separándolos cuidadosamente de Adán, a través de la reproducción sexual, separándolos en millones de hijos e hijas, así, tendrá a la vista todos sus defectos y males, y con la paciencia, que es el espacio y el tiempo, a través del espacio y el tiempo, que proporcionan las diversas generaciones, podrá, desenredarlos y, purificar, y reutilizar, de nuevo la vida purificada, como una vida limpia y nueva, que vuelve de forma ordenada y armoniosa, al seno de la Vida Universal de Dios!

¡De esta forma, Dios, con la reproducción sexual, ha desmenuzado todo el mal y el bien, que conforma a Adán, en millones de seres humanos, ahora, todo el bien y el mal del hombre, están a la vista y pueden ser observados nítidamente, pueden ser observados claramente, pueden ser separados perfectamente, sin lugar a error, sin que haya la más mínima duda, pues el comportamiento y la actitud de todos los seres humanos, que son los millones de virtudes y defectos, que conforman el bien y el mal de Adán, están a la vista, y, pueden ser observados, y, separados a conveniencia de los planes de Dios! ¡Ahora Dios, puede separar el trigo de la cizaña, ahora, Dios, puede separar los buenos frutos, de los malos frutos! ¡Ahora Dios, ha logrado a través de la reproducción sexual de Adán, desenredar todos sus males y defectos, y, tal como está escrito en las Sagradas Escrituras, todo aquello que no sirva para reutilizar para las conveniencias del orden y la armonía universal, lo reciclará, lo echará al fuego! ¿Todavía tenéis dudas, de, qué es la vida? ¿Todavía tenéis dudas, de que, para qué, sirve la vida? ¿Todavía tenéis dudas, de, cual es la finalidad de la vida? ¿Todavía creéis, que no ha valido la pena esperar, y ser pacientes observando los consejos que Dios ha dado a los seres humanos, para que se comportasen conforme al bien, y, no al mal? ¿Todavía, no sabéis quién soy? ¿Todavía, ignoráis quién soy? ¿A estas alturas, no sabéis y no comprendéis, lo que significa no reconocerme? ¿A estas alturas, no entendéis, ni comprendéis, que no reconocerme, es lo mismo, que, no reconocer que Dios existe, y, no reconocer, ni entender, ni comprender el verdadero sentido y significado, de las Sagradas Escrituras, ni entender, ni comprender el verdadero sentido de la vida? ¿Por qué creéis, que os estoy llamando a manifestaros públicamente? ¿No sabéis que todos aquellos, que no reconocen y escuchan el llamado de su Pastor, serán las ovejas perdidas y descarriadas, son el mal no reutilizable para seguirme al reino de Dios o Paraíso?

Dios Fuerte (Cristo Maestro Andar)

Acudid a la llamada de vuestro pastor, levantaos ovejas mías! ¡Acudid a la llamada de vuestro Padre, despertad y levantaos hijos míos!

¡Manifestémonos por la justicia social, por la igualdad social y económica, por la paz, por el amor, por la libertad y por nuestra felicidad, todos los domingos a las 13 horas por toda la Tierra. Así se conocerán mis ovejas, mis hijos, mis santos, así se conocerán mis ángeles!

¡POR UN SOLO PAIS, EL MUNDO! ¡POR UNA SOLA BANDERA! ¡POR UN SOLO IDIOMA! ¡POR UN SOLO DIOS!

Os quiero hijos míos. Justicia, paz, amor y felicidad.-Dios Poderoso (Cristo Maestro Andar)

Mandar a todo medio de comunicación, organismos, ONU, políticos, religiosos, iglesias, ONG, sindicatos, Internet, etc., nacionales e internacionales (Traducir a otros idiomas)

(Más información en: ungranmonte.wordpress.com, ungranmonte.blogia.com, ungranmonte.blogspot.com)

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